@arpassv
Unas cincuenta organizaciones comunitarias, rx ambientalistas, case académicas, case de derechos humanos, religiosas y feministas exigieron ayer a la Asamblea Legislativa que ratifique la reforma constitucional que reconoce el derecho humano al agua y a la alimentación.
Dicha reforma al Artículo 69 de la Constitución de la República fue aprobada en abril de 2012 por la anterior legislatura y en octubre de 2014 hubo un intento de ratificación en la actual legislatura pero los diputados de ARENA, PCN y PDC lo impidieron.
Y si la reforma no es ratificada antes del 30 de abril de este año (fecha en que termina la presente legislatura), habrá que iniciar un nuevo proceso de aprobación que duraría seis años porque involucraría a dos nuevas legislaturas. Por eso la exigencia de las organizaciones es válida y urgente.
Como medida de presión, las organizaciones señalan a los partidos que se oponen a la ratificación de la reforma y piden al electorado que no vote por ellos.
Los partidos de derecha –sobre todo ARENA– también bloquean los proyectos de ley de Agua y de Soberanía Alimentaria. Por eso ayer mismo varias organizaciones sindicales también llegaron a la Asamblea para cuestionarlos.
La principal razón del rechazo de la derecha a estas leyes es el interés de grandes empresas privadas en la privatización del agua y en la producción alimentaria. Por eso se oponen a que el Estado asuma la rectoría de las políticas hídricas y alimentarias.
Sobre la iniciativa de ley de Soberanía Alimentaria, incluso, dicen que ésta violaría la libertad de expresión porque plantea regular la publicidad de alimentos dañinos o poco nutritivos.
Ojalá que la derecha legislativa reflexione, pues está en juego la vida. Algunos partidos hablan bien del legado de Romero hoy que el Arzobispo Mártir será beatificado: ratificar la reforma constitucional del agua y la alimentación sería una señal de que tal reconocimiento es real.
Aprobar las leyes de Agua y de Soberanía Alimentaria también sería un gesto de que el mensaje de Romero estaría finalmente calando en los sectores de la derecha, incluso en los que lo asesinaron. De lo contrario, si no lo hacen, confirmarán que sus expresiones de aval a la beatificación son hipócritas.