Por Héctor Velasco
La Habana/AFP
Yuri «protege» su pequeño negocio con una imagen de Raúl Castro. En 10 años en el poder, el mandatario socialista terminó siendo el insospechado adalid de la apertura económica en Cuba y del acercamiento con Estados Unidos.
El cartel está junto a la lista de precios de «Élite», un taller de neumáticos en La Habana. En él se ve a Castro, en uniforme militar, al lado de una leyenda entrecomillada:
«Quienes apuestan por demonizar, criminalizar y enjuiciar a los trabajadores por cuenta propia escogieron un camino, que además de mezquino es risible, por insostenible. Cuba cuenta con ellos como uno de los motores del desarrollo futuro…».
Yuri, quien se hace llamar así en homenaje al astronauta ruso Yuri Gagarin, pero cuyo nombre es Reinaldo de la Flor, exhibe el cartel como si fuera un talismán contra quienes resisten, en el seno del comunismo cubano, la cauta apertura a la actividad privada dispuesta por Castro.
«Es un mensaje que le doy a la gente para que tenga confianza, porque muchos me decían: si tú haces un negocio, Cuba te lo va a quitar», afirma este profesor de educación física de 55 años.
Yuri nació bajo el gobierno de Fidel Castro – en la época de las expropiaciones y rechazo a la empresa privada – , se fue a trabajar a México y Estados Unidos en 1988. Hace casi tres años volvió a Cuba cuando ya Fidel (89), forzado por una enfermedad, había dejado el poder y al frente estaba Raúl (85).
A su regreso encontró su país muy cambiado. «Nunca pensé que pudiera haber una apertura, y va a haber más aperturas todavía», se entusiasma.
En la actualidad, medio millón de cubanos (de una fuerza laboral de casi cinco millones) trabaja por cuenta propia impulsados por la reforma de Raúl Castro, que amplió las posibilidades de la iniciativa privada que estableció su hermano. En 2005 la cifra de los llamados «cuentapropistas» no superaba los 165.000.
En un local de comidas rápidas o en una imprenta aparece el mismo póster de Castro. En abril, el líder cubano defendió frente al pleno del Partido Comunista las microempresas y pidió que sus beneficiarios no sean tratados como «antisocialistas o contrarrevolucionarios».
Gradual y parcial
El 31 de julio de 2006, Castro asumió el poder, primero de forma provisional por la enfermedad de Fidel y dos años después designado presidente por el Parlamento. En 2018 dejará la presidencia. Un relevo que solo es posible gracias a que también impuso un límite de dos mandatos consecutivos.
Sin apartarse del socialismo, el menor de los Castro ha flexibilizado el modelo de corte soviético que colapsó tras la caída del bloque comunista a inicios de los noventa y que forzó a emigrar a decenas de miles de isleños.
Hoy, los cubanos pueden viajar con menos trabas, elegir entre muchos restaurantes privados, conectarse -pagando- a internet inalámbrico en puntos públicos, vender y comprar casa o auto, y ver flamear la bandera estadounidense en la sede diplomática del que fue por medio siglo el enemigo de la Guerra Fría, luego del restablecimiento de las relaciones en 2015.
En 10 años se «podían haber ejecutado muchos otros cambios estructurales. Los resultados han quedado muy por debajo de las expectativas», dijo a la AFP Pavel Vidal, economista cubano que trabaja en la Universidad Javeriana de Colombia.
Este experto cita, por ejemplo, el frustrado desmonte del bimonetarismo implantado hace 12 años (que genera inflación) y la modesta apertura a la inversión extranjera. «No siempre la gradualidad y los cambios parciales son la mejor forma de enfrentar los problemas», comentó.
Otros cuestionan a Castro por las mismas razones que a Fidel: el burocratismo y el sistema de partido único que castiga a la disidencia.
Sin embargo, analistas como Arturo López-Levy, de origen cubano y de la Universidad de Texas, cree que Castro ha contribuido a que una parte de los isleños, especialmente en La Habana, mejore su «estándar de vida».
«Los más conservadores querían una reforma gradual, controlada y limitada a la economía, pero Raúl Castro ha procurado además algunos cambios políticos», señaló a la AFP.
La reforma migratoria que le permite viajar a los cubanos, la «expansión de libertades religiosas» y la descentralización del aparato de gobierno son, a juicio de este experto, parte de esas reformas.
Al frente de su taller de neumáticos, Yuri cree que el «comandante Raúl» trajo cambios que se quedarán en Cuba, y se apoya en la defensa que ha hecho del trabajo privado para asegurar que la isla «va viento en popa».
Raúl Castro aprovechó que «nadie desde la izquierda podría presentarlo como partidario del capitalismo» para hacer «cambios en dirección al mercado», según López-Levy.