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Los hermanos y comandantes guerrilleros Raúl Rodas e Ismael. Foto Diario Co Latino/Rodrigo Sura

Raúl e Ismael, unidos por la sangre y los ideales revolucionarios

Francisco Elías Valencia
@fe_valencia
Mirna Jiménez
@DiarioCoLaitno

Este once de noviembre se cumplen 26 años de la más grande ofensiva militar organizada y ejecutada por las guerrillas del Frente Farabundo Martí. Son miles de historias aún no contadas, check ask como son miles los recuerdos de aquella gesta que aún perduran entre los que participaron. En el marco de un aniversario más de ese suceso histórico, view cialis y para contribuir a la memoria histórica, conversamos con dos hermanos no solo de sangre, sino de sueños libertarias, y quienes estuvieron al frente, cada uno, de un contingente de experimentados y también de noveles guerrilleros. Ellos son, Juan Ramos Bolaños, conocido como Comandante Raúl Rodas, y Marcial Antonio Bolaños, conocido como Ismael.

Rodas fue el jefe del Frente de la Zona Norte de San Miguel, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), e Ismael fue el jefe de la Tropa Especial, del mismo partido. Con ellos conversamos sobre sus recuerdos de la ofensiva guerrillera de 1989, llamada “Hasta el tope y punto”.

– Ustedes que son hermanos, también fueron dirigentes guerrilleros y estuvieron al frente de las  tropas que participaron en la ofensiva de 1989, por el PRTC. Raúl Rodas ¿se acuerda de los preparativos para esa ofensiva?

Fue un preparativo que se hizo de parte de todos los mandos militares que participamos en el dispositivo y en las diferentes direcciones que buscamos sobre todo rumbo a San Salvador, que aquí fue el objetivo principal. Las direcciones de las diferentes organizaciones, algunos buscando el volcán, Ciudad Delgado; nosotros buscamos el área de Soyapango, por Prados I y Prados II, buscando Unicentro.

– ¿Ya cuando ingresaron allí, cuál era el área que les correspondía, qué sectores?

Nosotros buscábamos, por supuesto el centro que era lo más clave. Entrar por la terminal de oriente, salir por la Juan Pablo II y buscar el centro de la capital.

– ¿Ese era el plan original?

El plan original era concentrarnos en la plaza Salvador del Mundo, en la  plaza Libertad, ese era el plan. Lastimosamente por diferentes problemas el objetivo en su totalidad no se logró.

El Comandante Rogelio Martínez (Manuel Melgar) y el comandante Raúl Rodas en el frente de Usulután. Foto de archivo de Diario Co Latino
El Comandante Rogelio Martínez (Manuel Melgar) y el comandante Raúl Rodas en el frente de Usulután. Foto de archivo de Diario Co Latino

– Antes de continuar en esa parte, ¿cuál era su territorio natural de combate antes de la ofensiva?

Yo venía con un batallón desde el norte de San Miguel, norte de Usulután. Desde allá nos trasladamos al cerro de Guazapa y de ahí a San Salvador.

– ¿Cuánto tiempo le llevó en trasladarse con tu tropa?

Fue interesante, fueron tres días y tres noches para llegar desde el norte de San Miguel hasta la colonia Las Flores y llegar al lugar de ataque que era Prados (de Venecia) I

– ¿Antes de Prados I estuvieron en Guazapa algún tiempo?

Nos detuvimos un rato en Guazapa para descansar y luego continuamos.

¿Con qué otras fuerzas se encontraron allí o siempre con gente del PRTC?

Allí nos reunimos todas las fuerzas que veníamos del frente sur, que prácticamente veníamos dos batallones. Uno que venía al mando mío y otro que venía al mando de Elsio Amaya. Y de ahí la reunión por supuesto con la tropa de la FAL (Fuerzas Armadas de Liberación/Partido Comunista Salvadoreño) donde coordinábamos para entrar, ellos entraron en la dirección de Ciudad Delgado y nosotros entramos en el área de Prados I, buscando el mismo Soyapango, allí nos dividimos ya a la hora del combate.

¿El batallón de Elsio dónde es que operaba?

Se vino a Las Margaritas y yo me quedé siempre en Prados II, estoy hablando ya de 4 días en adelante de combate.

– ¿Usted venía de San Miguel y Elsio de dónde venía?

Elsio venía del Frente Paracentral, de San Vicente, de ahí se dirigió.

– ¿Qué pasó cuando llegan a Los Santos (Soyapango)?

Bueno, en la noche inició el combate. En un inicio los dos batallones los tuvimos juntos, pero no revueltos, paralelos. En el transcurso de que el combate iba durando de cuatro a cinco días en adelante, ya nos dividimos un poco, Elsio se tiró al área de Las Margaritas y yo me quedé siempre buscando la ciudadela Don Bosco, ahí por Unicentro, ya cerca de Soyapango. Posteriormente, ya como a los 8, 9 días de combate nos volvimos a reconcentrar con las fuerzas de Elsio y las fuerzas que yo traía para planificar si continuábamos o hacíamos un repliegue táctico.

Parte de la tropa especial al mando de Ismael durante la guerra civil
Parte de la tropa especial al mando de Ismael durante la guerra civil

– ¿Cuál fue la decisión?

Hicimos un repliegue táctico dado que ya teníamos varios días, las fuerzas ya estaban un poco cansadas y había que ir a evaluar un poco los resultados.

-¿Hacia dónde se hizo el repliegue?

Lo hicimos al cerro de Guazapa otra vez. Inicialmente lo hicimos a El Tránsito, cerca del trayecto de Guazapa y El  Guayabal, pero después por cuestiones de evaluación, mejor lo hicimos al cerro de Guazapa.

– ¿Cuál fue la evaluación, las conclusiones?

Pues ahí vimos que en realidad había buenos resultados porque habernos metido a San Salvador y haber sacudido el  área principal, creímos que había sido un éxito. Aparte de eso, acordémonos que hubieron batallas en San Miguel y en otros departamentos, pero el esfuerzo primordial de todas las unidades era San Salvador. Entonces, consideramos al final que los resultados fueron exitosos y fue a partir de ahí que inmediatamente evaluamos que era necesario la otra ofensiva que fue la que hicimos en el noventa, que fue la que reafirmó los acuerdos de paz. A partir de ahí dijimos hay que hacer otra, pero ya con una modalidad táctica diferente.

-¿Después del repliegue a Guazapa volvió a otro lugar?

Nosotros nos mantuvimos 10 días combatiendo de noche y de día combatiendo en San Salvador, nos retiramos a Guazapa, allí evaluamos y fue la decisión que nos replegáramos. Yo me replegué otra vez a San Miguel, las fuerzas de Elsi, allí estaba Marcial (Ismael), Plutarco, en esa dirección, conduciendo esas fuerzas, se dirigieron a San Vicente, pero inmediatamente nos volvimos a concentrar para planificar la otra ofensiva.

– ¿Se recuerda cuál era su estado mayor y cuántos de ellos murieron?

La estructura del mando que yo traía en la fuerza se componía de jefes de columna, uno de ellos me lo mataron la misma noche que entraron por un cerro de Prados I. Se llamaba Américo. Tenía otros jefes de columna como el seco Marvin, eran tres jefes de columna más los jefes de pelotones.

– ¿Que piensa hoy cuando han pasado 26 años de esa experiencia militar?

Cuando vine a combatir no conocía San Salvador y hoy que ya lo conozco más o menos y me doy cuenta dónde anduve operando digo yo: bueno qué casualidad estar vivo a estas alturas.

– Usted vino en el 89 a San Salvador sin conocer

No más conocía el plano que traía en la mano y las direcciones a dónde atacar que iban en el plano, pero hoy que conozco me doy cuenta de ese coraje, esas agallas que tuvimos de meternos.

– Y hoy que conoce San Salvador dice mejor no hubiéramos entrado aquí, mejor nos hubiéramos desplazado por este lado.

Yo digo que si hubiera conocido el terreno mejor se hubiera ido en otra dirección de combate. Acordate que San Salvador ni por imaginación tenía cómo era.

– ¿Desde qué año entró  a la guerrilla?

Entré en los años 1979 o en 1980. Luego en el 81 arrecia la lucha militar. Considero que lo más difícil para mí fue la ofensiva del 89. Primero porque fue una planificación bastante agresiva, hasta cierto punto muy triunfalista, porque se consideró de que el pueblo se iba a insurreccionar, eso se evaluaba, sin embargo, a la hora de las horas el enemigo combatió y sacó su fuerza aérea y no pudimos atacar esa dirección.

El primer objetivo era neutralizar la Fuerza Aérea. Esa misión era de otra organización. Mi misión era ir detrás de esas fuerzas que iban a neutralizar la Fuerza Aérea y yo aplastar esa dirección con el combate y maniobras sobre el terreno.

– ¿Valió la pena?

Por supuesto, porque eso marcó ya con más seriedad, con más responsabilidad que se viera que los acuerdos de paz se tenían que dar. Y ahí es que el alto mando del Gobierno en ese momento, según ellos quedamos debilitados. Incluso en los acuerdos como que no querían tomar una posición seria, responsable, por eso es que inmediatamente hicimos la del 90 para reafirmarles que no habíamos quedado débiles, sino que seguíamos con fuerza y hoy somos gobierno. En el 89 algo nos faltó, si sacamos los misiles esa ofensiva hubiese sido suficiente para que hubiéramos firmado los acuerdos de paz.

-¿Y porqué no se sacaron los misiles? 

Por varias razones, una porque quizás no estaban todos muy preparados y los que iban a disparar eso todavía no estaban muy consolidados, pero sí para el 90 tuvimos que sacarlos y ahí se vio que la moral de la Fuerza Armada a esas alturas era la Fuerza Aérea y el haberles desarticulado, desestabilizado la Fuerza Aérea, la moral de la Fuerza Aérea, la moral de la tropa obviamente quedó desarticulada.

– Un saludo a los excombatientes en este 26 aniversario de la ofensiva

Por supuesto. Ahorita, al ver un veterano de guerra sentimos que es un hermano de amor, de corazón y yo les digo: no nos olvidemos que pronto, a mediano plazo, nosotros los veteranos de guerra vamos a ser incluidos dentro de un programa de gobierno para que nos veamos que fuimos los motores principales para los cambios de este país.

La “Sanitaria” fue fundamental en el proceso de guerra, pues eran las que auxiliaban a los combatientes heridos en combate y que colaboraban con el médico en los hospitales guerrilleros.
La “Sanitaria” fue fundamental en el proceso de guerra, pues eran las que auxiliaban a los combatientes heridos en combate y que colaboraban con el médico en los hospitales guerrilleros.

– Ismael, usted fue jefe de tropa especial ¿nos puede contar un poco de ese esfuerzo?

Primeramente, acordarse de ese momento difícil, pero con mucha emoción. Recordar que comenzamos en un proceso de combatiente, de Correo Revolucionario de los Niños, le llamaban en aquel momento. Servían y cumplían una misión en el partido, pero luego fue evolucionando y llegamos en el 87 a tener una responsabilidad de jefe de escuadra, luego por el desempeño de la responsabilidad y las misiones que le encomendaban los jefes a uno y uno lo cumplía. Yo cumplía desde el 87 la misión de jefe de tropas especiales, en aquel momento el jefe era Plutarco, el segundo era Saúl y luego estaban los jefes de escuadra donde fuimos cumpliendo misiones importantes. Después fuimos asumiendo responsabilidades más grandes.

– ¿Llegó a asumir el puesto de Plutarco en algún momento?

En el 88 asumo la responsabilidad del segundo de Plutarco, entonces asumo la responsabilidad como el segundo de Plutarco. Cuando venimos a la ofensiva del 89 aquí a San Salvador, yo tenía la dirección directa de esos cuatro pelotones de tropas especiales y nos dieron la misión, de la fábrica Inco.

¿Venía en el batallón de su hermano o en el de Elso?    

Veníamos en la unidad, de jefe mayor, donde venía Elsio y Plutarco, yo dirigía esa columna de tropa especial de los cuatro pelotones y me dieron esa dirección, conocida como la fábrica la Inco. Ahí nos mantuvimos combatiendo, fuimos los que lanzamos esa dirección más directa y combatimos durante seis días en ese lugar. De mi unidad aniquilaron a cinco compañeros que ahí quedaron su sangre, sus restos, pero que cumplieron una gran misión y una gran responsabilidad de combatir al enemigo hasta las últimas horas y hasta las últimas consecuencias, y que luego de que el jefe inmediato dio la indicación para un repliegue táctico de otras zonas para poder evaluar la situación militar y con qué estrategia se iba llegar después, entre esos estaba el comandante Camilo (Turcios), el jefe mayor y que tenía la  coordinación con los demás agrupamientos del FMLN tanto del ERP, FPL, RN como con los que venían en otra dirección.

– ¿Eran el mando unitario?

Eran el mando unitario, ahí estaban el comandante Camilo; Elsio, por supuesto, Plutarco estaban dirigiendo el mando único que tenían las coordinaciones con los demás agrupamientos.

– ¿Cuál es el recuerdo que le causa más dolor en la ofensiva?

Tal vez no dolor. Más bien el recuerdo de los compañeros que quedaron ahí. No poderlos sacar a algunos que quedaron en ese lugar. Tanto uno que quiere a los compañeros, camaradas, ver el cuerpo tendido y decir “no los podemos llevar, no los podemos llevar para la zona nuestra”. Eso causa un dolor y un sentimiento el haber dejado los restos de nuestros compañeros ahí en ese lugar conocido de la zona la Inco, le decíamos; como dice mi hermano (Raúl), Prados de Venecia, que fue todo ese perímetro el que nos dieron a nosotros como PRTC.

– ¿Recuerda el nombre de los compañeros o compañeras caídas?

Me recuerdo de Algunos. Un compañero que le decían Cheyito, otro que le decían  “Machetiyo”, Dinora, Yanira, que era la explosivista; Juan, el hermano del comandante Camilo, y otros compañeros más que quedaron los restos ahí. En la memoria de cada uno está y cada momento se recuerda uno de la muerte de los compañeros y el dolor que le causa a uno haber dejado los restos.

– Ahora es alcalde, como funcionario municipal ¿hace cosas a favor de la gente que fue precisamente lo que le motivó a ser inclusive guerrillero?

Me motiva bastante tener un programa de la niñez. Allí hay un programa del fortalecimiento de la niñez en la educación inicial, me motiva mucho. El esfuerzo que también tenemos con el apoyo a las mujeres me motiva pues conocí camaradas mujeres que tuvieron las agallas, la valentía de tender el AK47 y no retroceder. En esa memoria está la compañera radista que murió en la última ofensiva y por eso me motiva y hemos asignado recursos para las compañeras, me motiva también a los veteranos y veteranas y estamos haciendo el esfuerzo de rescatar un esfuerzo de Fundalyd y acompañar también otro esfuerzo del sector lisiados en las gestiones de proyectos del fondo de lisiados, donde muchos compañeros se pudieron meter y hoy han salido beneficiados con el fondo.

-¿Cuántas veces fue herido?

Me recuerdo que fui herido tres veces en combate y que por último mi mano izquierda quedó inválida, por una herida, así es que cuando cantamos el himno del FMLN me duele porque no la puedo levantar. Me recuerda mucho eso y digo me dejaron herido de la mano, pero la valentía y el corazón lo tengo bueno.

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