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Raúl Padilla Vela, comunista salvadoreño (1932-2017) falleció en Canadá. La siguiente entrevista recoge rasgos de su vida y trayectoria

Publicado el diciembre 22, 2008

SAN SALVADOR, 20 de diciembre de 2008 (SIEP). “Ingresé al Partido Comunista en 1954, pero ya era comunista desde antes, lo que pasa es que eran muy estrictos, había que estudiar, lo ponían a prueba, para evitar infiltraciones del enemigo, acordate que era un partido ilegal, clandestino, perseguido (…)”, expresa Raúl Padilla Vela, de 76 años, líder estudiantil, líder sindical, maestro, forjador de muchas generaciones de comunistas.

Agrega, “En la primera célula que milité estaban Liliam Jiménez, Roberto Castellanos Calvo, y dos obreros, de apellidos el uno Cristales y el otro Marenco, que era sastre. En ese entonces había células de frente y de partido. Y había células especiales, como donde militaba Celestino Castro, orientada a la formación de Andes 21 de Junio, o a conducir la UTF (…)”.

“En 1951, ingreso a estudiar en la Facultad de medicina de la UES (…) y allí conozco a un amigo que me revela que su hermano es comunista, miembro del Partido. Y entonces le digo: ¡preséntamelo, quiero conocerlo! Y me lo señaló. Y fui a abordarlo, era un estudiante de Derecho, de nombre Carlos Ramírez, conocido como “El Chino” me le acerco y le digo que quería incorporarme al Partido Comunista. Le digo: -me permite un momento. Yo quiero ser miembro del Partido. Me responde con mucha desconfianza: ¿de qué me está hablando? Al final me da la dirección del PAR… Una vez fui a una reunión del PAR; ya que se reunían cerca de mi casa. Allí estaba José Celestino Castro, Gabriel Gallegos Valdez, Tulita Alvarenga, Chepe Vides y otros. Y entre estos el hermano de mi amigo, o sea Carlos Ramírez, quien al principio me miraba con recelo. Era desconfiado el Chino. Luego cambió su actitud. El secretario general del PAR era Celestino Castro. Ese año, en elecciones estudiantiles me nombran representante de Medicina ante la AGEUS.

Adquirí conciencia política durante la Segunda Guerra Mundial. En realidad puedo ubicar el nacimiento de mi conciencia política en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Estudié mi primaria en la escuela José Matías Delgado, frente al Cine México. Nací en 1932 y aprendí a leer a los cinco años y me aficioné a la lectura, a leer sobre la guerra, me acuerdo del día que se supo que había estallado la guerra, la gente pensaba que era aquí, y sonaban las sirenas de los periódicos anunciando las extras, la sirena de La Prensa Gráfica. Fue cuando la invasión a Polonia… Mi papá apoyaba a los alemanes y yo apoyaba a Polonia, al pueblo polaco que resistía al nazismo; me acuerdo cuando el sitio a Stalingrado, mi papá llegaba a decirme “ya cayó” y luego yo averiguaba y le decía: “No ha caído”. Y así nos la pasábamos… en un permanente debate. Me acuerdo la alegría que sentí cuando vi en los periódicos la fotografía de un alto jefe alemán, de las SS, prisionero, y la fotografía del soldado soviético colocando la bandera roja en el edificio del Reichstag en Berlín. ¡Habíamos ganado la guerra!

“Estudié mi bachillerato en el Instituto Nacional Francisco Menéndez, una vez en el marco de un campeonato de basquetbol, me inventé una hurra: “Por el Norte y por el Sur, por el Este y por el Oeste militares y cadetes son la peor peste”. Pero el director era papá de militares y en respuesta a esta creatividad juvenil, me querían expulsar. Al final, un profesor me encargó realizar un trabajo sobre “Filosofía y Religión”. Y lo hice. Pero fue mayúscula la sorpresa de una profesora chilena de nombre Coralia Santaandreu de Montiel cuando leyó que “La religión es el opio de los pueblos y un instrumento de opresión (…)”.

“En esos años juveniles me influyó mucho la lectura de pensadores como el maestro argentino José Ingenieros. Su obra Tiempos Nuevos y su biografía ayudaron a forjar mi carácter para toda la vida. Veo a Ingenieros como el hombre sabio repartiendo folletos por las calles de Buenos Aires. Eso me impactó, me inspiró. Éramos jóvenes para transformar el mundo, críticos de las tiranías, con una voluntad libre, progresista…

En 1947 asistí a un jurado muy interesante. El acusado era un obrero panadero. El delito era injurias contra el presidente Salvador Castaneda Castro. Me extrañó y me quedé para ver el jurado. A la hora de la defensa, el acusado pidió la palabra y explicó que se trataba de un juicio de una clase contra otra. Los dos fiscales se negaron a acusarlo y tuvieron que dejarlo en libertad. Se trataba de Salvador Cayetano Carpio. Esto me quedó en la memoria.

En 1951 Osorio inició su campaña represiva que iba a culminar en septiembre de 1952. Hubo una redado de comunistas y en las portadas de los periódicos se hablaba que estaban preparando una insurrección. Yo salía a vagar, a pasear, a vitrinear, visitaba la Librería Claridad de Ana Rosa Ochoa, mujer que había sido la secretaria de Alberto Masferrer. Ella jugó un papel importante como divulgadora del marxismo. Una librería de izquierda en plena guerra fría, en plena dictadura militar. Me acuerdo que estaba a la venta un folleto de Salvador Cayetano Carpio, titulado “Principios Fundamentales de Sindicalismo”. Era naturalmente una publicación del PCS.

En 1952, el 26 de septiembre Osorio desata una amplia campaña represiva que nos golpea fuertemente. Capturaron a casi todo el Partido. Salvador Cayetano Carpio relata esta ola represiva en su obra “Secuestro y Capucha”. Se arrasó con todo lo construido, la situación era muy complicada. En esa época, el secretario general del PCS era Daniel Castaneda, aunque estaba en Guatemala todavía. Uno de los principales dirigentes era Raúl Castellanos, a quien llamábamos “Fernández.” Un sábado antes de la represión del 26 de septiembre se forma la AEU, Asociación de Estudiantes Universitarios, como frente político abierto de nuestro Partido. La reunión fue frente de la Alcaldía, en la casa de Roberto Castellanos Calvo, que lo sacaron del país días después.

Después de la represión, vino una etapa difícil de reconstrucción del Partido. Allí jugaron un papel destacado Miguel Ángel Guirola, conocido como Guirolita  Amparo Casamalhuapa, Moisés Castro y Morales, Miguel Mármol. Y también Zoila Argentina Jovel, que venía desde los tiempos de la Regional, había sido maestra de la Universidad Popular y se casó con un militar, que mataron en la revolución del 48, siendo jefe del regimiento de caballería Opinión Estudiantil era el vocero del Partido. La verdad era una hoja sola, con agenda de actividades, más interna. La plana de redacción de Opinión Estudiantil era electa cada año por el estudiantado universitario. Participé en la Plana de Redacción del año 52, junto con Chepe Vides, Gabriel Gallegos Valdez (Derecho) Victoria Panamá (Humanidades). Una vez tuvimos una disputa. La derecha por medio del “Cuche” (Ricardo) Falla Cáceres y de Fabio Hércules Pineda quería imponer su voluntad. Entonces nos reunimos con la fracción comunista para definir una estrategia. Eran nuestros asesores. En la reunión participó el Chino Ramírez, Don Roque o sea Salvador Valencia, y un abogado de apellido Robles que después se fue a Honduras.

En 1952 Jorge Arias Gómez era presidente de AGEUS. En esa época se desarrolló en la Universidad un gran debate sobre Existencialismo y Materialismo Dialéctico. Jorge refutó y criticó las posiciones de La Prensa Gráfica. A él le gustaba mucho la filosofía En Medicina llegué hasta el tercer año, hasta 1953.

Luego me pasé a Ingeniería porque me permitía dar clases en secundaria y esto me dejaba tres meses de vacaciones para dedicarme al trabajo del Partido.

En 1953 la derecha logró la presidencia de AGEUS con el Br. René Fortín Magaña, como resultado de la gran represión del 26 de septiembre de 1952, que nos había debilitado. El secretario de AGEUS era Enrique René Guzmán. A René le favoreció que su papá, Romeo Fortín Magaña, fuera el rector de la U, reconociendo que él fue una de las personalidades más avanzadas de su época En 1954 la derecha continúa con la presidencia de AGEUS por medio del anticomunista Br. Raúl Valiente.

Es en 1955 que recuperamos por medio de la AEU la presidencia de la AGEUS. Roque Dalton es presidente de AGEUS. Y la secretaria era Carmen Bellegarie de Medicina. Costaba encontrar candidatos y ella no se rehusó a nuestra solicitud y su belleza y simpatía garantizaba su elección. En ese tiempo, Miguel Ángel Aguilar era baluarte nuestro en Ingeniería. Era un estudiante brillante. Además era caricaturista, lo que nos ayudaba mucho en el trabajo nuestro. A mí me conocían también como Chino aunque mi pseudónimo era Moreno. Y me lo puse por un jugador de fútbol que estaba de moda, fue lo que se me vino a la mente cuando me preguntaron.

El debate entre la AGEUS y la ACUS

Hubo también un enfrentamiento entre las posiciones ideológicas de la ACUS (Acción Católica Universitaria Salvadoreña) y de la AGEUS, o sea un debate entre social-cristianos y comunistas. Fue un gran debate en el paraninfo de la Casona, frente a Catedral. Allí Jorge Arias y otros se enfrentaron a Abraham Rodríguez y a un abogado y sacerdote de nombre Jorge Castro Peña. También estaba uno de apellido Pérez Leighton. Fue de aquí que surgió la Democracia Cristiana. Intervino también Waldo Chávez Velasco por la ACUS. Waldo era la “estrella”. Allí Pepe Rodríguez Ruiz públicamente renunció a la ACUS. Fue un debate teórico, de altura, público, expresión de la lucha ideológica de aquellos tiempos.

Una de las banderas de lucha que enarbolábamos era por el regreso de los exilados del 52. Unos se habían ido para México, otros para Guatemala. En 1954 regresaron varios exilados luego del golpe de estado en Guatemala. Regresó Miguel Mármol. Y también vino Otto René Castillo, guatemalteco, Jorge Arias Gómez, Toño Díaz, Moisés Castro y Morales, Daniel Castaneda, y otros. El director de Opinión Estudiantil era Pepe (Rodríguez Ruiz). Había en ese entonces los que llamábamos comunistas sin partido, que eran personas que sin militar en una célula seguían nuestras orientaciones. En esa calidad se encontraba el poeta Oswaldo Escobar Velado, y otros.

Me acuerdo que para esos años se desarrolló en la Universidad un Concurso de Oratoria. Y en primer lugar quedó Roberto Carías Delgado; en segundo lugar Schafik Hándal, y en tercer lugar, Hernán Cortez (economista).

Alberto Masferrer jugó un papel importante en el despertar de nuestro pueblo. Leer y escribir, el Minimum Vital eran una crítica al sistema capitalista. Nosotros lo respetábamos mucho. Incluso cuando Roque Dalton escribió un poema en que lo ofendía, el famoso “Viejuemierda”, lo abordamos en la célula y lo criticamos. Sostengo que Masferrer fue un escritor subversivo. Hay que rescatarlo como parte del pensamiento democrático progresista, de nuestro pueblo.

En 1960 junto con Jacinto Castellanos Rivas, participamos en un noticiero radial. El era periodista y socio de la YSEB, donde también tenía un noticiero, en el que participábamos Raúl Castellanos, Manlio Argueta y mi persona. Raúl había llegado de México. Era economista y periodista. Su hermano, Roberto Castellanos Figueroa, dirigía Opinión Estudiantil.

Para esta época me buscaron unos maestros, entre estos Mario López, que necesitaban un charlista sobre la Pedagogía Soviética. Busqué a Raúl Castellanos y me sugirió a un dirigente sindical, a Miguel Ángel Cea. Cea estaba trabajando como obrero de la construcción que era, en el Hotel Intercontinental. Bueno, él llegó en la tarde y no tuvo tiempo de cambiarse así que llegó con su ropa de trabajo, lleno de cemento y pintura, y los sorprendió con su conocimiento de Makarenko y otros educadores soviéticos. Y Mario me dice: Ustedes lo han disfrazado. No podía creer que un obrero tuviera ese manejo de la situación educativa en la Unión Soviética. Admirable el Viejo Cea.

En este esfuerzo por organizar el magisterio jugó un papel fundamental el profesor Mario Medrano, militante de nuestro partido, pilar para la creación de ANDES 21 de Junio en 1965. Y también participó en este esfuerzo Raúl Castellanos desde lo que se llamo el PRAM Magisterial. Estuvo también Carlos Gallardo. Incluso Pedro “El chucho” Noubleau, y (Pedro) Geoffroy Rivas.

Una vez Roque (Dalton) me contó que estando en Chile le caía mal Schafik y que incluso junto con unos jóvenes chilenos habían decidido darle una paliza. Schafik estaba en cuarto año y el en primero de Derecho, y lo había organizado con jóvenes derechistas de Patria y Libertad, pero que escuchó que su profesor de Teoría del Estado, contaba cómo Schafik en los exámenes había salido sobresaliente y felicitó a Roque por su compatriota, y entonces se sintió “ahuevado” y desistió de su empeño…

En 1970, en el VI Congreso del PCS, salí electo miembro del Comité central y a propuesta de Raúl Castellanos, como responsable del órgano oficial del Partido, La Verdad. En 1988 salí hacia Canadá; los Escuadrones de la Muerte me buscaban para asesinarme.

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