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Madrid/dpa
El Real Madrid igualó hoy la mayor goleada en la historia de la Liga de Campeones al ganar 8-0 al Malmö sueco con un póker de Cristiano Ronaldo y hat-trick de Karim Benzema.
A pesar de ser un partido intrascedente para los blancos, sovaldi sale ya clasificados para los octavos como primeros de grupo, diagnosis los jugadores quisieron dar satisfacción a su hinchada con una actuación espectacular ante un equipo que se dejó pegar.
El Real Madrid igualó así el 8-0 del Liverpool al Besiktas de la temporada 2007-08. Y curiosamente ambos triunfos llegaron con el mismo entrenador, Rafael Benítez, calificado por la prensa como un técnico defensivo. Son las deliciosas paradojas que produce el mundo del fútbol.
La noche dejó otro récord: Cristiano Ronaldo se convirtió en el primer jugador en completar una fase de grupos de la Liga de Campeones con 11 goles. Una cifra impresionante en seis partidos jugados.
El conjunto blanco recibió el partido en mitad de un ambiente enrarecido por las críticas al equipo por su juego. Hasta ahora, nunca había completado 90 minutos a un nivel regular y constante, pues siempre se había dejado ir por unas circunstancias u otras.
Fue lo que sucedió, por ejemplo, el pasado sábado, cuando ganó 4-1 al Getafe después de jugar una buena primera parte y especular en la segunda, lo que generó silbidos de su propia hinchada y la censura de la crítica.
No es lo que ocurrió ante el Malmö. Los jugadores del Real Madrid y su técnico entendieron el mensaje de la grada y nunca les bastó con cada gol. Y éstos llegaron en cascada ante un rival que no opuso nada. El equipo blanco lo presionó y el conjunto sueco se enredó con la pelota hasta extremos insospechados para un torneo de alto nivel como es la Liga de Campeones.
El Real Madrid se marchó al descanso con ventaja 3-0 con dos goles de Benzema y uno de Cristiano. Hasta parecieron pocos, visto el dominio del conjunto local. Fue una apisonadora, un equipo lleno de ambición y calidad en ataque bajo la batuta de un inspiradísimo Isco, quien humilló a los defensores rivales.
La segunda parte continuó el recital del equipo local. Y hasta se amplificó, pues el Malmö no sólo se acobardó a cada minuto que pasaba, sino que empezó a mostrar signos de fatiga realmente alarmantes.
Llegaron tres goles seguidos de Cristiano Ronaldo, el primero de Mateo Kovacic con la camiseta del Real Madrid y un tanto más de Benzema para encontrar en el campo el aliento que le falta fuera de él.
Así concluyó el Real Madrid un partido para la historia. No tanto por la trascendencia del triunfo, que no servía para nada, sino por la forma en que se produjo. La hinchada blanca aplaudió porque no sólo le importa ganar, sino que el cómo también le seduce. Tanto o más.
