Barcelona/Madrid/dpa
Apurado hasta ahora lejos del Santiago Bernabéu, decease el Real Madrid regresa mañana a su estadio para calibrar sus fuerzas en la Liga española de fútbol frente al Athletic de Bilbao, troche probablemente el rival más exigente desde que el francés Zinedine Zidane asumió el mando blanco.
«Sabemos que es un rival muy fuerte, un conjunto muy bueno; sabemos contra quién vamos a jugar», afirmó hoy Zidane.
Agarrado al excelente momento que atraviesa el veterano Aritz Aduriz, el Athletic se maneja con comodidad en una Liga donde ocupa la sexta posición, después de haber saldado con victoria diez de los 23 partidos que disputó hasta ahora.
A sus 35 años, y con 13 goles, Aduriz es el sorprendente líder del equipo dirigido por Ernesto Valverde, que aspira a acercarse a la cima del campeonato para intentar atrapar la cuarta plaza que ahora ocupa el Villarreal con diez puntos de ventaja sobre los vascos.
«Aduriz quiere marcar y yo no quiero que lo haga. Vamos a intentar que eso no pase», señaló hoy Zidane.
«El caso de Aduriz es especial», explicó por su parte Valverde. «Todo radica en su dedicación, la profesionalidad que tiene y ese punto de confianza».
«Todos intuimos que, en cada balón que ronda el área, Aduriz estará cerca para hacer gol», añadió el técnico del Athletic que, frente al Real Madrid, contará con las «importantes» bajas de Iñaki Williams y Mikel San José.
En el bando blanco, Zidane tampoco dispondrá del galés Gareth Bale, que recayó de su lesión en el sóleo, ni del portugués Pepe, y dará descanso al español Isco -su puesto lo ocupará el croata Mateo Kovacic-, para intentar sumar tres puntos que lo mantengan en la pelea por la Liga con Barcelona y Atlético de Madrid.
Los azulgrana (54), líderes con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid, reciben el domingo al Celta de Vigo. Los rojiblancos (51), que suman una unidad más que los dirigidos por Zidane, se enfrentan también el domingo al Getafe.
El otro gran duelo de la vigésimo cuarta fecha de la Liga se vivirá en Mestalla, donde el agonizante Valencia recibirá al aún más moribundo Espanyol, con ambos entrenadores con la soga al cuello.
Los malos resultados y el mal juego han puesto en el disparadero al británico Gary Neville en Valencia y al rumano Constantin Galca en el Espanyol.
Y es que, desde que Neville asumió el mando en sustitución del portugués Nuno Espírito Santo, el Valencia no sumó ni una sola victoria en la Liga, donde acumuló cinco empates y cuatro derrotas, y cayó de manera humillante ante el Barcelona en la Copa del Rey.
«Para nada me juego el puesto mañana», aseveró hoy Neville, convencido de que puede revertir una situación que sitúa a su equipo en la décimo cuarta posición, a tan sólo cuatro puntos de distancia de los puestos de descenso.
«Creemos en nosotros y en nuestro trabajo. No puede ser que tengamos tan mala suerte delante de la portería. Llegará el momento en el que la pelota entrará», añadió el técnico británico, que recuperará al español Paco Alcácer y al argentino Enzo Pérez.
El momento del Espanyol, con Galca, es aun más crítico. Tras la sonrojante derrota el pasado lunes frente a la Real Sociedad (5-0), los jugadores salvaron la cabeza del rumano, que parecía condenado después de que no haber sumado ni un solo triunfo desde Navidad.
Los blanquiazules, décimo séptimos a un punto de la zona de peligro, cuentan sus salidas por derrotas y una más, ante el Valencia, supondría la casi segura destitución de Galca.
En el resto de la jornada de sábado, el Villarreal, cuarto, recibirá al ascendente Málaga -décimo-, mientras que el Deportivo de La Coruña cerrará el día recibiendo al Betis en el estadio de Riazor.