@GloriaCoLatino
A 39 años de la muerte martirial del Padre Jesuita Rutilio Grande, pharmacy organizaciones sociales realizarán una peregrinación desde la Parroquia de Aguilares hacia las “Tres Cruces”, sovaldi sale para celebrar un acto ecuménico en la Plaza central del municipio del Paisnal, sovaldi el 12 de marzo en conmemoración a su vida de esperanza y fe.
Muchos biógrafos y religiosos han coincidido en que, para vislumbrar la pastoral y testimonial de Monseñor Óscar Arnulfo Romero se debe profundizar en la vida y muerte del Padre Rutilio Grande.
El Padre Grande nació en el municipio de El Paisnal y entró al Seminario de San José de la Montaña. Y en 1967 inicia la amistad con Monseñor Óscar Arnulfo Romero, cuando eran estudiantes, amistad que perduró por años.
Fue en 1970, cuando el Padre Rutilio Grande y Monseñor Óscar Arnulfo Romero coinciden en el acto protocolario de instalación de este último como Obispo Auxiliar de San Salvador, en la cual el Padre Grande fue el maestro de ceremonia.
El Padre Rutilio Grande en sus inicios fue profesor y prefecto de estudios en el Seminario San José de la Montaña, pero siempre se identificó con los más pobres. Por lo que solicita realizar su pastoral en la Parroquia de Aguilares, donde crea las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) que generó reacciones de oposición de terratenientes de la zona, que lo consideraron una amenaza social.
Fue el 12 de marzo de 1977 que el Padre Rutilio Grande, acompañado por Manuel Solórzano (sacristán) y Nelson Lemus (acólito), se trasladaba en un vehículo para oficiar una misa vespertina en El Paisnal, cuando fueron emboscados y ametrallados por elementos militares.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero se hizo presente esa noche y frente a los cuerpos del Padre Rutilio Grande y sus dos acompañantes experimentó un fuerte golpe emocional. De inmediato oficia una misa en sufragio de sus almas acompañado de la población y luego, se reúne con ellos para escuchar sus testimonios y también a sacerdotes y consejeros, que termina con la decisión que causó polémica entre sectores de la curia y poder económico.
Como Arzobispo de San Salvador anuncia públicamente que no asistiría a ninguna invitación gubernamental, ni reuniones con el presidente de la república hasta que la muerte del Padre Rutilio Grande fuera investigada, y fue así, en sus tres años de pastoral Monseñor Romero nunca más se reunió con las autoridades de gobierno.
Luego, toma la decisión de cancelar la misa del domingo siguiente (20 de marzo 1977) en toda la arquidiócesis y solo ofició una en catedral metropolitana, concelebrada por 150 sacerdotes a la que asistieron miles de salvadoreños. Sin importar las críticas, Monseñor Romero exige una investigación y pronuncia una frase profética “Él que toca a uno de mis sacerdotes, a mí me toca”, su pastoral evangelizadora se centró en finalizar la violencia y el amor preferencial por los pobres, lo que lo transformó en la “Voz de los sin Voz”.
El domingo 22 de febrero Monseñor José Luis Escobar Alas anunció que han iniciado las investigaciones y documentación del Padre Rutilio Grande, para postularlo ante la Congregación de Todos los Santos en la Santa Sede, en Roma, Italia.