Kiev/AFP
Los rebeldes prorrusos acordaron respetar un alto el fuego provisional y buscarán dialogar con el nuevo presidente de Ucrania, pills poniendo fin a diez semanas de combates en el este del país que han amenazado la supervivencia de ese ex Estado soviético.
El inesperado anuncio de Oleksandr Borodai, el principal líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, se produjo un día después de que el presidente ruso Vladimir Putin apoyara públicamente la propuesta de paz del presidente de Ucrania y llamara a los rebeldes a un cese el fuego.
«En respuesta al alto el fuego decretado por Kiev, nos comprometemos también a un cese el fuego de nuestra parte», dijo Borodai, citado por la agencia de noticias ITAR-TASS. «Este alto el fuego terminará el 27 de junio», precisó.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, decretó el viernes un cese el fuego unilateral de una semana para permitir a los rebeldes deponer las armas y abrir un diálogo con los insurgentes que no cometieron «ni asesinatos ni tortura».
Poco después del anuncio de los rebeldes ucranios, el presidente ruso y su homólogo estadounidense Barack Obama conversaron por teléfono sobre las medios para poner fin a la crisis en Ucrania, y Putin subrayó la importancia del cese al fuego bilateral y de «conversaciones directas» entre las partes, informó el Kremlin.
El presidente Putin «subrayó que un cese real de los combates y el inicio de conversaciones directas entre las partes en conflicto serían de la más alta prioridad para la normalización de la situación en las regiones del sureste» de Ucrania, indicó el Kremlin en un comunicado publicado luego de la entrevista telefónica de ambos presidentes.
«También se subrayó la importancia de (hallar) una solución inmediata a los temas humanitarios incluyendo la asistencia a civiles en las zonas afectadas por la guerra», indicó el comunicado.
El Kremlin subrayó que los dos mandatarios discutieron también el plan de paz anunciado el viernes por el presidente ucraniano Petro Poroshenko, quien propuso un diálogo a los rebeldes prorrusos que no estén involucrados en casos «de asesinato ni tortura».
El dirigente prooccidental se dirigió a la nación en un discurso por televisión, tras haber decretado un alto el fuego de una semana a sus tropas.
Necesidad de un «alto el fuego duradero»
En Bruselas, la Unión Europea exhortó el lunes a Rusia a apoyar el plan de paz presentado por el presidente ucraniano, quien pidió mayor implicación de sus aliados occidentales para poner fin a la insurrección prorrusa en el este.
Rusia, acusada por los occidentales de entregar armas a la rebelión, insistió en la necesidad de que se respete un «alto el fuego duradero» para entablar un diálogo entre las autoridades de Kiev y los separatistas, en el marco del plan de paz del gobierno ucraniano.
El nuevo ministro de Exteriores ucraniano, Pavlo Klimkin, presentó este plan a sus homólogos de los 28 países miembros de la UE que estaban reunidos este lunes en Luxemburgo.
Según Klimkin los 28 le dieron al plan de paz un apoyo «sin condiciones».
Los ministros estiman que esta semana es decisiva para Ucrania y para «rebajar la tensión», que es «la prioridad».
«Pedimos a los rusos que se impliquen para que el plan de paz se aplique. Esto debe hacerse en los próximos días», dijo el canciller francés Laurent Fabius.
En juego está la unidad de Ucrania, exrepública soviética que el viernes firmará el último apartado, el comercial, de un acuerdo de asociación con la Unión Europea que está en el origen de la crisis actual.
El acuerdo prevé una liberalización comercial entre la UE y Ucrania, ésta marginaría a Rusia, estima Moscú, aunque el bloque asegure que «a largo plazo» le sería beneficioso.
La negativa a firmar en diciembre este tratado provocó una ola de protestas que llevaron a la destitución del presidente Viktor Yanukovich y más tarde la secesión Crimea. Desde abril, el este del país es terreno de violentos combates entre el ejército y los rebeldes, que proclamaron la independencia de dos regiones.
El ministro ucraniano de Defensa denunció una serie de ataques contra el ejército la madrugada del domingo, más de 48 horas después de la entrada en vigor de un alto el fuego de una semana, plazo para permitir el desarme de los insurgentes y entablar un diálogo con aquellos que no estén implicados en actos «de asesinato ni de tortura».
Desde abril, al menos 375 personas han muerto en los combates entre fuerzas leales a Kiev y separatistas prorrusos.