Berlín/Prensa Latina
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, reconoció este martes la responsabilidad de su país en la crisis humanitaria en Afganistán y afirmó que las imágenes de desesperación en el aeropuerto de Kabul representan una vergüenza para Occidente.
Según el canal TOLO News, miles de civiles llegaron el lunes al aeródromo para intentar abandonar la nación asiática tras la victoria del grupo armado Talibán, en tanto varios Estados trataban de evacuar a sus ciudadanos y personal diplomático.
La suspensión de los vuelos comerciales luego de que la Autoridad de Aviación Civil pidiera cambiar de ruta a las aerolíneas y el desconcierto existente provocó la aglomeración de personas, estampidas, disparos en la instalación y la muerte de al menos 10 individuos.
En declaraciones a la prensa, Steinmeier señaló que la situación en Afganistán genera preguntas amargas, a las que Estados Unidos y sus aliados deben dar una respuesta honesta.
‘Estamos ante una tragedia humana y una parálisis política, en las que tenemos nuestra parte de responsabilidad’, afirmó.
Asimismo, indicó que Berlín debe hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de su personal y de los afganos que colaboraron con sus fuerzas.
La toma del poder por los talibanes tendrá consecuencias a largo plazo para la política mundial, aseveró.
La víspera, la canciller federal Angela Merkel reconoció que la misión en esa nación no fue tan fructífera ni ocurrió de la manera que se había previsto.
‘Todos, y por eso también asumo mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación’, indicó.
Se estima que en Afganistán se encontraban aún un centenar de alemanes, fuera de los integrantes de la misión diplomática o el contingente militar desplegado allí en 2001, poco después de la agresión norteamericana y de la OTAN contra ese empobrecido país.
Más de 150 mil civiles perecieron durante dos décadas de ocupación de Estados Unidos, que llamó a sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a acompañarlo en la acción bélica bajo el argumento de combatir al movimiento Al Qaeda. En declaraciones a la prensa, el ministro germano de Interior, Horst Seehofer, admitió que la operación en Afganistán resultó ser un fracaso y descartó la posibilidad de otra intervención militar.