La mañana del 12 de Enero 1990 debía viajar a Nicaragua desde Guatemala. En Managua le esperaban para participar en una actividad política propia del alto nivel de responsabilidades político-diplomática que ejercía en la alianza FDR-FMLN, ask Secretario de la Internacional Socialista para América Latina, discount miembro de la Dirección Nacional del MNR, clinic para informar sobre el avance y logros alcanzados, hasta ese momento, a nivel de gobiernos y en las Naciones Unidas sobre gestiones que se realizaban en favor de la solución política del conflicto armado en El Salvador, superación de escollos y detalles que hacían prever facilitaban la elaboración del documento final que permitirían el acuerdo de las partes sobre el final del conflicto, que parecía inminente, con la firma de los acuerdos de paz.
El vehículo que lo transportaba al aeropuerto es detenido por fuerzas de seguridad en la ciudad de Guatemala, la mañana del 12 de Enero de 1990. Su cadáver y el de la persona que le acompañaba, aparece al día siguiente en un sitio cercano a la frontera con El Salvador.
La investigación sobre su captura y asesinato realizada por expertos a solicitud de la Internacional Socialista concluye, de esa investigación profesional, que su asesinato fue realizado por fuerzas de seguridad del gobierno de Guatemala, que conocieron de la presencia de Héctor en ese país, requisaron su pasaporte a su llegada un día antes procedente de México, le interrogaron, vigilaron la casa donde permaneció ese día, y participaron en el secuestro, requisa y robo de documentos y efectos personales, asesinato y traslado en vehículos oficiales, que les facilitaron el traslado de los cadáveres salvando alcabalas de vigilancia policíaca y militar hasta el sitio, lejano de Ciudad Guatemala, donde fueron encontrados.
Desde entonces, han pasado 25 años y pocos recuerdan a Héctor. Pareciera que en el complejo y difícil desarrollo político y social de la nación, su sacrifico y con él su aporte generoso, se ha olvidado. Con excepción de algunos familiares cercanos y amigos afectivos de afinidad cívica y política, que le recuerdan en aislada soledad.
A finales de la década del 60, del siglo recién pasado, optó por el socialismo democrático y se incorporó al Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), en un período de intensa actividad política y académica en la Universidad Nacional y en el país, manteniendo vínculos de respeto y aprecio con sectores e individualidades del mundo político y académico de independientes, de la Democracia Cristiana, del Partido Comunista y del gobierno. Asiste y participa en actividades de formación política de la Fundación Friedrich Ebert (social demócrata alemana) en Costa Rica.
Durante sus estudios universitarios, se vincula con la Internacional Socialista y líderes europeos, contribuyendo a la incorporación del MNR a esa organización, momento en que ya es miembro de la dirección Nacional.
En 1978, forma parte de la Junta de Gobierno como Ministro de Relaciones Exteriores.
Luego de renunciar, junto con el Gabinete de Gobierno y denunciar a la cúpula militar que obstruye la rectificación e iniciativas democráticas que trata de impulsar la Junta, para evitar la guerra civil y sus consecuencias, se incorpora al trabajo del Frente Democrático Revolucionario con Guillermo Ungo, Enrique Escobar Barrera, Luis Buitrago, y otros de su partido. Escobar Barrera es asesinado por los cuerpos de seguridad, junto con los miembros del FDR en Noviembre de 1980.
Se establece en México, desde donde realiza una importante labor político-diplomática, estableciendo relaciones directas con líderes de la Internacional Socialista como Willy Brandt, Francois Mitterrand, Felipe González, Carlos Andrés Pérez, jefes de gobierno y políticos de México, Cuba, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Brasil, USA, Canadá, Italia, Bélgica, Finlandia, Suecia, Noruega, entre otros, valiosas relaciones que contribuyeron para ayudar a lisiados de guerra, la búsqueda de soluciones políticas al conflicto, etc., a mitigar la angustia de desplazados, denuncia de atropellos y violación de los derechos humanos por las fuerzas armadas, la atención de heridos y el diálogo. En México, dirigió un centro de acopio y divulgación del conflicto salvadoreño, fundó el Cinas y colaboró e impulsó iniciativas, participó en foros, seminarios y conferencias, y muchas otras actividades
No es justo su olvido, como el de muchos otros de los miles que perecieron asesinados por demostrar entrega y realizar acciones de mérito por una patria mejor, como lo hizo Héctor Oquelí C. Para Héctor, este día y siempre admiración, reconocimiento a su aporte, respeto y recuerdo imperecedero.
Su amigo y compañero,
Gerardo A. Godoy R.