El día que el cielo se vuelva en mi contra, algo bueno en ti habré dejado. Que mi vista haya sido inocua a tu mirada, será motivo para enorgullecerme; mas si alguna maldad destiló mi boca, mi existencia ha sido vana y el Infierno, merecido tendré. Quiero ser recordado por mis obras benéficas; por aquella sonrisa que esbocé al reírte tú a carcajadas; por el beso suave, ardiente y profundo que cayó en tu boca y en la mía. Recuérdame por el detalle que aprendimos juntos de aquel gran señor, Julio César y su conquista de las Galias. Recuérdame porque tu vida la hice mía y te puse en un altar. No es nada común que un hombre vuelva con ternura su mirada hacia la mujer que ama y con un beso le entregue todo su haber. Tampoco es camino transitado, que un hombre le escriba versos y se los dedique. Recuérdame así, si es que lo mereciera y si no, con mi boca te pido perdón.
Julio César Orellana Rivera
Viernes 15/09/2017, 11: 45 a.m.