Yaneth Estrada
@caricheop
Hace 33 años El Salvador vivió una de sus más grande tragedias, el terremoto del 10 de octubre de 1986, de 5.7 grados en la Escala de Richter y IX en la escala Mercalli. Edificios símbolos del centro de San Salvador y viviendas sucumbieron ante el movimiento, dejando por lo menos 1,500 muertos.
Cada año diversas instituciones como el Ministerio de Gobernación, cuerpos de socorro, escuelas, entre otros recuerdan la tragedia, unos para sensibilizar sobre el tema, otros para rendir homenaje a las víctimas.
Por ejemplo, la Dirección General de Protección Civil realizó el 4º Simulacro Nacional de Evacuación ante Sismo, con el fin de preparar, concientizar y sensibilizar a la población que recuerda a sus parientes muertos y sobrevivientes, que forman parte de las cifras que sumaron también más 2,000 damnificados.
En el 2001 la historia se repitió, registrándose dos terremotos el 13 de enero y 13 de febrero 2001 de 7.5 grados y 6.6 grados, respectivamente.
Los simulacros deben fortalecer más la capacidad de reacción, así como también que las instituciones de primera respuesta estén mejor articuladas como sistema para brindar una mejor atención ante cualquier eventualidad, recalcó el Ministro de Gobernación, Mario Durán.
Y agregó que trabajan para fortalecer las capacidades de
Protección Civil, lo que permitirá responder a los diversos riesgos y retos, como el cambio climático con la meta primordial de hacer de El Salvador un territorio resiliente.
En este simulacro se pone a prueba la capacidad y el desempeño de los Comités de Seguridad y Salud Ocupacional (CSSO); Comités de Protección Escolar y la coordinación de las Comisiones Departamentales, Municipales de Protección Civil y del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, en el marco del seguimiento y control del simulacro de evacuación. Se tomó en cuenta que el simulacro respondería a un sismo de magnitud 7.5 grados, en escala de Richter, con un epicentro ubicado frente a la costa pacífica de El Salvador.
El ejercicio involucra a 6,054 centros educativos a nivel nacional, de los que se ha verificado 1,488 centros educativos públicos y privados, resultando 593,652 estudiantes hombres; 564,746 estudiantes mujeres y 49,374 docentes; entre otras instituciones participantes del nivel nacional, departamental y municipal de los diferentes órganos de Estado.
Héroes y fallecidos
Como parte de las conmemoraciones del terremoto de 1986, también Comando de Salvamentos de El Salvador colocó una ofrenda floral al centro del ex edificio Rubén Darío, ahora un pequeño centro comercial en el centro de San Salvador.
Este fue uno de los edificios más afectados y emblemáticos; como apoyo a los familiares que perdieron seres queridos (cerca de 500), recordamos a las victimas y sobrevivientes de la tragedia, detalló Carlos Fuentes, vocero de la institución humanitaria.
Durante la conmemoración se hizo una oración, un minuto de silencio y leyeron el juramento de sus voluntarios, quienes en 1986 pasaron por varios casi un mes recuperando cuerpos y en labores de reconstrucción.
También recordaron a Luis Ernesto Solano “El Piocha”, un legendario voluntario quién dedico su vida a ser rescatistas de la Cruz Verde, prestando ayuda en 1986 junto a “Los Topos de México”, en el 2001 en la deslave de Las Colinas y fundador de los “Cusucos de la Cruz Verde”.
En 2018, El Piocha asistió a la ceremonia con una modesta bandera de Cruz Verde, acompañado por su hermana, porque estaba hospitalizado, pocos días después entregaría su alma al creador, a sus 80 años.
“El terremoto del 86 nos dejó una gran lección, no estábamos preparados para responder a una emergencia de esa magnitud, y desde ahí tomamos en serio la capacitación e importancia de los cuerpos de socorro”, habría dicho el Piocha hace un año.
Cabe destacar que en octubre de 2018, el Fondo Verde del Clima determinó que El Salvador es uno de los países más vulnerables a los riesgos climáticos en el mundo, pero también es conocido como el “valle de las hamacas” por que frecuentemente tiembla.