Los Angeles/Estados Unidos/AFP
Mientras miles de fanáticos lloran la muerte de Kobe Bryant, un equipo de medicina forense recuperó los restos de las víctimas del accidente de helicóptero que le quitó la vida a la leyenda del básquet, su hija Gianna y otras siete personas cerca de Los Angeles.
La zona donde se estrelló la aeronave en la que viajaba el astro el domingo de mañana es muy intrincada, lo que dificultó la delicada labor de ubicar y remover los cuerpos, así como de recolectar las pruebas para determinar las causas del incidente.
La oficina de medicina forense del condado de Los Ángeles informó que los nueve cuerpos fueron hallados y trasladados a la morgue, entre domingo y lunes.
“Los investigadores están trabajando activamente en la identificación de los fallecidos” y “realizando exámenes corporales”, indicó un comunicado del organismo. “El departamento de Medicina Forense proporcionará actualizaciones inmediatas de los nombres de los fallecidos tan pronto como se verifiquen oficialmente y se notifique a sus familiares”.
El Sikorsky S-76 en el que viajaba Bryant, de 41 años, su hija Gianna, de 13, y otras siete personas, incluido el piloto, se precipitó el domingo por la mañana sobre las colinas cercanas a Calabasas.
El quíntuple campeón de la NBA con Los Angeles Lakers viajaba desde el condado de Orange, donde vivía, hasta su academia deportiva Mamba en Thousand Oaks, donde la adolescente tenía un partido de baloncesto.
Aún es muy pronto para determinar la causa de la tragedia.
Jennifer Homendy, miembro de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que se dedica a la investigación de accidentes de aviación civil, dijo que los investigadores permanecerán el resto de la semana recolectando pruebas.
Homendy indicó además que el helicóptero no tenía caja negra, lo que no es un requerimiento para este tipo de aeronave.
Precisó que el piloto hizo un requerimiento especial para volar por debajo del mínimo de 1.000 pies (unos 300 metros) de las reglas de vuelo visual (VFR), que fue concedido, y que antes de estrellarse manifestó que subiría para evitar una capa de nubes. Fue el último contacto que hizo, volando a 2.300 pies.