TeleSUR
Temor, inseguridad y pánico son algunos de los sentimientos que los migrantes experimentan en los Estados Unidos ante las redadas masivas de deportación.
Alrededor de 20 equipos de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) asistidos por la Oficina Federal de Investigaciones y la Administración para el Control de Drogas, y acompañados por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, han realizado varias redadas contra indocumentados en Nueva York. Operativos similares se efectuaron en Chicago y Baltimore.
Estas acciones ocurren luego de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, exigiera a las autoridades aduaneras al menos 1.800 arrestos diarios de inmigrantes indocumentados en el país, cuota confirmada por el subdirector de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller.
Hasta el momento, más de cinco mil 500 personas han sido arrestadas por el ICE en las primeras dos semanas de la administración de Trump en decenas de ciudades, quienes son calificadas de “criminales”, aunque muchos carecen de antecedentes penales y han denunciado abusos.
Desde las redes sociales miles de usuarios han denunciado los atropellos cometidos en su contra por agentes migratorios estadounidenses.
Videos y fotos en X muestran la violencia de las autoridades del país norteamericano, que rompen los vidrios de los automóviles para arrestar a las personas indocumentadas, e irrumpen en las casas a la fuerza y utilizan la violencia para trasladarlas hacia los centros de detención.
Según expertos, todo tipo de migrante está siendo detenido, sin importar el estatus legal en ese país.
De acuerdo con el abogado de emigración, Abel Arce, “lo que ocurre es que los oficiales estadounidenses no encuentran a esas personas con récords criminales para deportarlos y capturan a otras, que, aunque no sean las que han estado buscando, tampoco las han deportado. Esto es lo que llamamos daño colateral”.
Según declaraciones del corresponsal de teleSUR Henry Camelo, “los abogados de migración aconsejan a que quienes sean detenidos por las autoridades para revisar su estatus migratorio que mantengan la calma, no mostrar documentos falsos, guardar silencio, pedir hablar con un abogado de emigración y no firmar ningún documento, pues puede ser una orden voluntaria de deportación”.