César Ramírez
@caralvasalvador
En Nicaragua las reformas a pensiones ocasionaron un terremoto social con daños que aún persisten, las redes sociales y medios comunicacionales dividieron a la nación; en Chile el aumento de pasaje de transporte colectivo desencadenó un tsunami social que concluirá en una profunda reforma constitucional; en Bolivia la Constitución de la República fue vulnerada al interrumpir el mandato del presidente Evo Morales, incluso el Tribunal Electoral le otorgó el triunfo, no obstante se desató la violencia al coro de fraude, fraude y más fraude en redes sociales y medios de comunicación… Ahora la legalidad es cuestionada por muchas naciones; estos eventos son preocupantes porque nuestra nación no es una isla que pueda soportar un huracán desatado por: un ajuste fiscal, las pensiones, aumentos salariales, deuda externa, desempleo, salud e incluso la contaminación ambiental que ha provocado la muerte masiva de moluscos, pequeñas especies y daño al “mar adyacente” concluyendo en desempleo forzado de cientos de trabajadores directos e indirectos dedicados de la pesca.
Para los expertos el ajuste fiscal debe ser del 2.8 % iniciando en este año 2019, porque la Ley de Responsabilidad Fiscal así lo exige, de no ejecutarse las consecuencias dañarán a todos los sectores, debido al fallo en lograr las metas adquiridas hacia el año 2021, en ese aspecto los escenarios señalan el tema de la deuda superior al 70 % del Producto Interno Bruto y el déficit fiscal que debe reducirse al 60 % en el año 2030.
El estallido social en nuestra nación puede prevenirse por acciones valientes y el concepto de eliminar la “desconfianza política” que provoca: violencia, divisiones, clima de amigos-enemigos, etc. ¿qué genera desconfianza en este momento? Las elecciones de 2021… Si el Gobierno realiza todos los endeudamientos con objetivos partidarios, otras instituciones no apoyarán esos proyectos, generando la incertidumbre nacional e internacional.
En este momento las redes sociales califican a los adversarios del gobierno como enemigos, mientras los amigos son todos los que aplauden, es peligroso, así como las redes crean opinión, también sirven para destruir “contratos sociales”.
¿Es pecado impulsar proyectos económicos donde ganemos todos? En democracia todas las opiniones son iguales, es una visión horizontal, mientras si calificamos amigos y enemigos, la escala vertical (autoritaria) elimina cualquier alianza y genera desconfianza… Es momento de buscar soluciones, sin pensar ganar las elecciones 2021.