Por Paulina Abramovich
Santiago/AFP
El complejo programa de reformas sociales que lleva adelante el gobierno de Michelle Bachelet sufriría ajustes ante un escenario económico más adverso, viagra por una caída en el valor del cobre, unhealthy su principal exportación, y una desaceleración de las inversiones ante la crisis política.
El mediocre crecimiento de la economía chilena durante mayo (0,8%) informado el lunes cayó como un balde de agua fría en el gobierno, marchitando los «brotes verdes» que mostraba la economía chilena tras crecer el año pasado 1,9%, su peor desempeño en cinco años.
De acuerdo a un reporte del Banco Central, durante mayo la economía chilena registró su menor crecimiento en nueve meses debido a una contracción de la industria, la minería y el comercio.
La cifra llevó al gobierno a rebajar sus proyecciones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año, de un 3,6% a un 2,5%, y reconocer, por primera vez, que el ambicioso programa de reformas sociales que impulsa Bachelet está en riesgo.
«Sin crecimiento será imposible implementar el programa de reformas», reconoció el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en una entrevista que publica este martes el diario británico Financial Times.
Bachelet ganó la reelección en diciembre de 2013 prometiendo un ambicioso programa de reformas que incluía un ley de ajustes tributarios ya sancionada, la implementación de la gratuidad universal a nivel educativo, una reforma laboral y un cambio a la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), entre otras modificaciones.
Para Manuel Agosín, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, los vaivenes de la crisis política «y en particular de las reformas que se han anunciado sin mayor detalle están generando incertidumbre».
«Claramente hay ciertas reformas que cuestan plata y esas reformas que requieren recursos van a tener un dinamismo menor en este momento, porque el fisco va a tener problemas para recaudar lo que había prometido con la reforma tributaria», dijo a la AFP el académico, sobre los eventuales ajustes que tendría que hacer el gobierno.
Cobre y crisis política
Pese a registrar en 2014 su peor desempeño de los últimos cinco años, la economía chilena sería una de las pocas que se recuperaría en 2015, en un contexto de desaceleración en la mayoría de los países latinoamericanos, que en promedio crecerán apenas un 1%.
Pero una caída más profunda de lo previsto en el precio del cobre, el principal producto de exportación chileno afectado por el debilitamiento de la economía china -su mayor comprador- y una extendida crisis política que ha golpeado al gobierno de Bachelet, estarían complotando contra la esperada recuperación económica.
La crisis se generó a mediados del año pasado tras destaparse una forma de financiamiento ilegal de la actividad política por medio de facturas falsas o por servicios no prestados, que hoy compromete a una decena de políticos tanto del oficialismo como de la oposición.
A ese caso se sumó en febrero el escándalo de corrupción protagonizado por el hijo mayor de Bachelet, Sebastián Dávalos, investigado junto a su esposa por el «uso de información privilegiada» y «tráfico de influencias» tras concretar una millonaria compraventa de terrenos agrícolas, derribando la popularidad de la mandataria a un mínimo histórico (24%).
«Las condiciones externas son una parte sustancial y mayoritaria de lo que nos está pasando. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya otros factores», reconoció el ministro Valdés el lunes, en una exposición ante el Congreso.
En este escenario, parlamentarios pidieron este martes posponer el debate sobre el cambio de Constitución que debe iniciarse en septiembre, según anunció Bachelet.
«Ya es suficiente con lo que hay sobre la plancha para asegurar la vocación reformista de este gobierno», dijo el diputado oficialista Pepe Auth.
«Todos pensamos que hay que hacer modificaciones, pero dejaría pasar todavía unos meses», afirmó de su lado el diputado oficialista Pablo Lorenzini.
Pese a que estaba en su programa de Gobierno, Bachelet sorprendió hace dos meses al anunciar que dentro de las medidas para hacer frente a la crisis política impulsaría en septiembre un debate para cambiar la Constitución que en 1981 dictó la dictadura de Augusto Pinochet, sin entregar mayores detalles de la forma en que se realizaría esta modificación.