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Los trabajos científicos que se hacen en el país deben ser vistos como un bien cultural y como aportes al desarrollo del país. Foto Diario Co Latino.

Refundación de la investigación científica universitaria

Alexander Pineda
@DiarioCoLatino

El mayor centro de estudios superiores del país vive en la actualidad un resurgir en materia de investigación científica, luego de una época de letargo agraviada por el conflicto armado de la década de los 80 y la postguerra de los 90. Rafael Gómez Escoto, titular de la Secretaría de Investigaciones Científicas de la Universidad de El Salvador (SIC-UES) habla acerca del pasado, presente y futuro de la investigación universitaria.

¿De dónde surge el programa de investigaciones científicas en la UES?

—La investigación científica es una de las funciones fundamentales de toda universidad, en el caso de la Universidad de El Salvador se declara en su ley orgánica como función académica fundamental, la Universidad debe formar profesionales a través de la docencia, debe entrar en contacto con la sociedad para la cual forma esos profesionales y debe realizar investigación científica para poder generar nuevo conocimiento sobre los grandes problemas del país de la región y del mundo.

¿Históricamente se había desarrollado antes la investigación universitaria?

—UES es principalmente de vocación docente, una de las razones es por el involucramiento de la Universidad en el periodo de la guerra civil, las estrategias de contrainsurgencia del Estado veían a la UES como enemiga y por tanto hubo saqueos, destrucción de equipo y expulsión de muchos investigadores con los que la universidad contaba, excelentes catedráticos, tanto nacionales como internacionales que tuvieron que irse del país buscando salvaguardar la vida, al perder todo este cúmulo de personal formado y buena parte de su infraestructura de investigación, cuando se recupera el campus allá por 1984, después de estar tomado por el Ejército, el alma mater volvió a su quehacer con la actividad primordial de formar profesionales, de hacer docencia, y la investigación científica fue quedando en un segundo plano.

¿Cuándo se empieza a hablar de un rescate del papel investigador científico de la Universidad?

—Es después de la firma de los Acuerdos de Paz que con el rectorado del Dr. Fabio Castillo y el rectorado de la Dra. María Isabel Rodríguez, vieron la necesidad de potenciar y rescatar la investigación científica universitaria, particularmente la Dra. Rodríguez, allá por el 2001, nombró una comisión que estudiara la situación de la investigación científica en la Universidad, dicha comisión concluyó que se hacía muy poca investigación científica y la que se hacía estaba asociada a investigadores que por vocación hacían un trabajo investigativo muy limitado, de manera clandestina decíamos nosotros, porque el investigador debía “esconderse” para hacer un trabajo de investigación y es que si las autoridades se percataban de que alguien tenía tiempo para investigar, decían “ah bueno, tiene tiempo también para dar clase, hay que ponerle más carga académica, que dé más cursos de clase”.

¿En qué momento se crea dentro de la UES una dependencia que velara por la investigación científica?

— La Dra. María Isabel Rodríguez comenzó a hacer gestiones ante el gobierno para la obtención de recursos que ayudaran a desarrollar la investigación científica universitaria, se obtuvo para 2002 un refuerzo presupuestario de 595 mil dólares destinados a tal fin, y se constituyó el Consejo de Investigaciones Científicas de la Universidad de El Salvador (CIC-UES) que asumió la administración de esos fondos, con ellos inició el funcionamiento de CENSALUD, destinado a la investigación de problemáticas de salud, el Instituto de Ciencias de la Tierra, Instituto de Ciencias del Mar, monitoreo volcánico, entre otros.

¿Qué es lo que más se ha investigado en la UES?

—Hay muchas investigaciones notables en muchas áreas del conocimiento, rescate de la identidad nacional a través de los pueblos autóctonos, investigación de la pobreza y alternativas de mitigación de la pobreza; en temas de salud hay investigaciones sobre enfermedades emergentes, enfermedades tropicales (chikungunya, zika, dengue), productos farmacéuticos, contaminación ambiental por metales pesados y pesticidas; se han hecho investigaciones en el área de economía, jurisprudencia, educación, odontología; hay incluso una investigación acerca de la producción de energía por oleaje del mar.

Tenemos ya una producción científica, muy diferente a lo que teníamos antes de 2002, pero aún estamos atrás de otras universidades en Centroamérica.

¿Cuáles son las dificultades más grandes a lo largo del programa de investigaciones?

—Son dos, la primera es la formación del personal, es decir, en el país para convertirse en investigador de carrera usted tiene que formarse a nivel de maestrías académicas o posgrados que en el país no se ofrecen, uno tiene que obtener ese título en el extranjero, eso implica que uno debe contar con recursos para ir a estudiar allá afuera, en segundo lugar, la inversión en ciencia y tecnología, a nivel de país es extremadamente baja, se necesitan recursos para hacer investigación seria y de alto nivel, mejorar laboratorios y dotarlos de equipo adecuado, dar estímulos al investigador que usualmente no tiene horarios de trabajo.

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