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Reino Unido inicia una semana decisiva para el futuro del Brexit

Londres / AFP

Antoine Pollez

Los diputados británicos votan a partir del martes concretar o postergar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, prevista el 29 de marzo, casi tres años después del referéndum de 2016 sobre el Brexit.

De momento, las negociaciones técnicas y políticas prosiguen en Bruselas, donde los representantes británicos quieren obtener de sus homólogos europeos modificaciones del acuerdo de retirada firmado con la Unión Europea (UE) en noviembre.

Este texto fue masivamente rechazado por el Parlamento británico el 15 de enero. Desde entonces la primera ministra británica, Theresa May, libra una batalla en dos frentes: por un lado, intentar obtener más concesiones de la UE, y por el otro tratar de convencer a los parlamentarios de su país que cambien de opinión.

En esta carrera contrarreloj, la ‘premier’ británica afronta la negativa de los europeos de reabrir las negociaciones. May podría volver este lunes a Bruselas para intentar obtener alguna última concesión.

En todo caso, May retornará el martes a la Cámara de los Comunes para someter de nuevo ante los diputados el acuerdo de retirada. Si es adoptado, Reino Unido tendría un Brexit ordenado, 46 años después de haberse sumado a lo que entonces era la Comunidad Económica Europea.

En caso de rechazo, les preguntará el miércoles a los diputados si quieren salir de la UE sin acuerdo. Este escenario de ruptura brutal preocupa a muchos parlamentarios, y a los medios empresariales, debido a sus consecuencias económicas potencialmente caóticas.

Si los diputados se oponen a una ruptura brutal, votarán el jueves una propuesta para una postergación «limitada» del Brexit, más allá del 29 de marzo. Los dirigentes europeos han advertido que, para ser aceptada, esta postergación debe estar claramente justificada.

Pero hay alternativas a este plan de May. Si los diputados rechazan un Brexit sin acuerdo, una nueva votación sobre el acuerdo podría ser organizada inmediatamente después.

Ello permitiría a los parlamentarios –y especialmente a los fervientes partidarios del Brexit– una nueva oportunidad para apoyar el acuerdo, en lugar de arriesgarse a un aplazamiento de la fecha de retirada de la UE, que sumiría al país en la incertidumbre.

– Atrapados en la UE –

El principal escollo en las negociaciones entre Londres y Bruselas reside en la «salvaguarda» (o «backstop» en inglés), un dispositivo para evitar el retorno de una frontera física entre Irlanda, miembro de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, destinada a abandonar el bloque.

Esa salvaguarda fue concebida para preservar los acuerdos de paz de 1998 y la integridad del mercado único europeo.

Este dispositivo prevé, en último recurso, el mantenimiento de Reino Unido en una unión aduanera con la UE, y un alineamiento más estrecho de Irlanda del Norte con las normas europeas. Este «backstop» es rechazado por los defensores del Brexit, que consideran que impide romper todos los vínculos con la UE.

Los diputados británicos más euroescépticos temen en efecto que esta salvaguarda deje al país indefinidamente atrapado en una unión aduanera con la UE, impidiéndole negociar acuerdos comerciales con terceros países.

Pese a nuevas reuniones de trabajo la semana pasada en Bruselas, Reino Unido no obtuvo las concesiones que buscaba para modificar esta disposición.

El sábado, el ministro de Finanzas, Philip Hammond, instó a los diputados británicos a respaldar el acuerdo en cualquier caso, lo que se interpretó como que Londres no espera que la UE haga más concesiones.

El Partido Laborista, principal formación de oposición, ya afirmó su intención de rechazar el texto. «Estamos contra el acuerdo» declaró el sábado la diputada Emily Thornberry al Times. «Si es adoptado, entonces será necesario que sea sometido al voto de los británicos» en un nuevo referéndum.

En este contexto, Theresa May ha advertido a los diputados sobre la incertidumbre que generaría un rechazo del acuerdo.

«Apoyen el acuerdo y el Reino Unido saldrá de la Unión Europea. Rechácenlo, y nadie sabe lo que ocurrirá», sentenció el viernes.

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Redacción Internacionales:
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