El gremio que aglutina a los productores y exportadores de azúcar ha interpuesto sendos recursos de amparo, ante la Sala de lo Constitucional, para evitar que interrumpa el Tratado de Libre Comercio con Taiwán, bajo la argumentación que al concluir dicho acuerdo bilateral, peligran las exportaciones del azúcar cuya zafra ha iniciado.
Da la impresión, que la objeción del gremio de productores de azúcar no tiene la razón, pues, no puede obligar a un gobierno a que vuelva a entablar relaciones diplomáticas con un país que no es reconocido por las Naciones Unidas.
Taiwán es una isla rebelde, del tamaño de El Salvador, que busca su independencia de República Popular China, el gigante asiático, que la reclama como suya y por eso, cuando el Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén rompió con Taiwán y establece relaciones con República Popular China, lo hace, en primer lugar, apegado a lo que la Constitución le establece en términos de las Relaciones Diplomáticas, segundo, con el país que si es reconocido por las Naciones Unidas y tercero, que siendo un país de un mil millones 400 mil habitantes, tienen mejores oportunidades de comercio en general y no solo el de un sector.
Los exportadores de azúcar, por cierto, desde hace dos años atrás están vendiendo azúcar a República Popular China, incluso, el doble, sino es que el triple de lo que venden o vendieron a Taiwán.
Es decir, los exportadores de azúcar ya tienen los mecanismo para vender el producto a China, y si el interés es vender más, incluido lo que vendían a Taiwán, lo que deben hacer es solicitar la ayuda del Gobierno para que se le facilite ese proceso.
Lo que no pueden hacer los productores y exportadores de azúcar es mantener un tratado, ni mucho menos el restablecimiento de relaciones diplomáticas con una nación solo para favorecer un sector económico de la nación, pues las relaciones diplomáticas son, según la Convención de Viena, para: “el fomento y desarrollo de las relaciones amistosas, económicas, culturales, científicas y otras, entre ambos Estados (…)”.