Alma Vilches
Grecia Sigüenza
@DiarioCoLatino
Con una solemne eucaristía y en un ambiente de fiesta, el Colegio La Asunción celebró el bicentenario del nacimiento de Santa María Eugenia y Teresa de Emmanuel, almas gemelas y co-fundadoras de las religiosas de La Asunción.
Para la familia asuncionista, el mandato de la espiritualidad para los jóvenes, como enseñanza del colegio La Asunción, comienza en saber elegir una carrera que sea para servir a los más necesitados. La amistad ha jugado un papel importante en la vida de las ex alumnas y como parte de ello su testimonio se basa en promocionar la espiritualidad asuncionista, que quiere decir servir, pensar en los demás, mirar todo con ternura y respetar a todos.
“Nuestra sociedad es una sociedad bien injusta, bien inequitativa y es ahí donde luchamos contra corriente”. Añade una de las ex alumnas. Ethel Saavedra y directora del colegio, quien compartió que dentro de las obras de las ex alumnas están el voluntariado, construcción de
parques, hogares de niños entre otros diferentes proyectos que ayudan a los más necesitados.
“Las buenas acciones nunca se hacen noticia” expresó la directora y explicó la importancia de celebrar el bicentenario de Santa María de Jesús y Teresa Emmanuel, ya que, la lucha por los anhelos de ellas que es la educación y el servicio al más necesitado no se debe dejar de lado en nuestro país, así compartió.
También, Lina de Amador confirmó que la educación es lo más importante que se tiene “como formadoras luchamos cada día para dar los mejores frutos, la educación y el carisma de humildad y servicios a los demás
se debe inculcar en cada persona de todos los lugares desde el portero hasta los directivos de cada lugar”, recalcó.
Entre tanto, en su homilía el obispo auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez dijo que la congregación de la Asunción continúa manifestándose en su vida la ternura y la misericordia de Dios, ya que no hay nada más hermoso que una persona que vive como un amigo de Dios.
Según Rosa Chávez, en El Salvador la familia asuncionista tiene similitudes con el legado del beato Monseñor Romero, ya que es una opción preferencial por los pobres, pues lo que es característico en esta congregación es el empeño en la educación y el servicio a los más necesitados.
Josefina Marenco, maestra desde hace 11 años en el colegio La Asunción dijo que trabajar en ese lugar ha significado una oportunidad de cambio tanto personal como en la integración con los alumnos, en especial con los jóvenes, ya que es una oportunidad de hablarles de Monseñor Romero, del carisma de La Asunción y los mártires, es educarlos en una sintonía totalmente diferente.
“En un principio La Asunción estaba dedicada a educar a personas de una clase determinada, sin embargo en la actualidad es una clase de proyección social, pues todos los jóvenes son educados en la cristianización de la inteligencia, es decir que ellos puedan discernir y tomar decisiones correctas a la luz del evangelio con una proyección social y en unión con la comunidad”, afirmó Marenco.
La familia asuncionista fue fundada el 30 de abril de 1839 en París, por María Eugenia Milleret y tres hermanas, estos fueron los “débiles comienzos” de la Asunción. Desde entonces, hermanas de numerosos países, se sienten llamadas a vivir el Evangelio según el carisma de
la Asunción en la comunidad internacional, la vida de las religiosas transcurre entre la oración personal y comunitaria; la vida fraterna y la misión de educación. El apostolado es principalmente un servicio de formación humana y cristiana a los jóvenes y a las familias, que se ha expandido a 36 países del mundo. Desde 1839 a 1888 las dos existencias de las fundadoras formaron una sola, unidas por los mismos deberes, sufriendo las mismas pruebas, recorriendo con audacia las mismas etapas, a fin de que la Asunción tuviera vida, creciera y fuera fiel a su respuesta, a la primera intuición de María Eugenia: “Extender el Reino de Cristo”.