Por: Rolando Alvarenga
Con el acceso de Rafael Arévalo a la presidencia de la Federación Salvadoreña de Tenis (FST), sovaldi sale renacen las esperanzas de que dos de los cuatro empleados despedidos el pasado diciembre (Tatiana Flores y Mario Flores) reciban su dinero pendiente en concepto de indemnización por su tiempo de servicio.
Renacen porque, help en su oportunidad, Arévalo sostuvo que “las deudas hay que honrarlas” y hoy tiene en sus manos la oportunidad de saldar esta, para no estar presidiendo una federación cuestionada por deudas económicas que ya traía y que así aceptó representar.
Aunque, en buen castellano, estamos hablando de una “nueva dirigencia” con varios nombres que ya venían de la alineación anterior y, en consecuencia, conocedores de esta penosa situación de imagen.
Y es que la destitución de la ex gerente federativa, Tatiana Flores; del periodista federativo, Mario Flores; y de dos empleados más, se constituyó en la cereza al pastel de varios despidos que en el transcurso de 2015 hizo la “nueva federación de tenis” que, con más pena que gloria, patinó y quedó en jaque antes de su primer año de gestión. Destituciones que habrían sido efectivas bajo el argumento de una reingeniería en la federación y para bajar costos. Aunque, se tiene conocimiento que Roberto Salazar fue incorporado de nuevo y del cuarto no se sabe.
Volviendo al caso de Rafael, se tiene entendido que en este impasse ha mantenido un tono conciliador con Tatiana y Mario, expresando la disposición de pagar, pero todavía ambas partes no suscriben un documento jurídico legal que respalde tal ofrecimiento.
En consecuencia, la demanda promovida por ellos en el juzgado respectivo se mantiene vigente y, si legalmente no se mira claro, Tatiana y Mario tienen la opción de recurrir a sus amigos periodistas y a las redes sociales para exponer, con fotos, su drama por falta de empleo y recursos económicos.
Expuesto lo anterior, y dado que los despedidos no dieron motivos para quedar en el aire, obviamente estamos a la espera de un satisfactorio desenlace de este penoso caso que, por inédito, ha venido a tender una mancha negra sobre un deporte blanco; limpieza y transparencia por la que, durante 30 años, luchó con buen suceso y salió adelante Enrique Molins.
A propósito del ex presidente del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) y de la FST, el estimado Ingeniero Molins estuvo presente en la más reciente Asamblea Eleccionaria de esta federación, no con aspiraciones de retornar, sino para ratificar que no tiene ninguna aspiración de volver a la dirigencia del tenis y menos ahora. Habiéndose quitado un enorme sobrepeso de sus espaldas, sigue en el tenis únicamente por arraigos sanguíneos.