@JennyVásquez
Entre cantos, decease aplausos, vítores, flores y un ambiente de esperanza, alegría y mucha devoción, cientos de fieles católicos de la comunidad de la Cripta metropolitana recordaron el legado del salvadoreño más universal: Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Y es que a 35 años del asesinato del obispo mártir, su testimonio de fe se ha convertido en un símbolo de esperanza, unidad y espiritualidad para muchos salvadoreños.
Entre estos fieles está Franklin Selva, quien llegó junto a su esposa hasta la catedral metropolitana, desde San Marcos, para participar en la eucaristía especial donde se recordó a Romero.
“Es un día de alegría porque hoy inicia el renacimiento de monseñor Romero. Él es un símbolo de lucha para la clase opresora y reprimida.
Creo que fallaron los que lo mataron”, señaló Selva, quien dijo de forma muy contundente que el “renacimiento de Monseñor es el castigo divino para los asesinos de Monseñor”.
“Creyeron que iban a callar una voz y una persona, pero realmente es un castigo divino que se revirtió y hoy se mantiene más vivo que nunca”, dijo con gran emoción.
Es de recordar que Monseñor Romero fue asesinado el 24 marzo de 1980, mientras oficiaba en la capilla del Hospital Divina Providencia, ubicada en la colonia Miramonte, en San Salvador.
El autor material del asesinato Monseñor Romero, según información en poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos del mayor Roberto d’Aubuisson, fundador de los Escuadrones de la Muerte y del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional, Marino Samayoa Acosta.
Es de recordar que D´Aubuisson fue señalado por la Comisión de la Verdad como uno de los autores intelectuales del magnicidio de Monseñor Romero.
Durante la eucaristía, el padre Juan Chopin, de la parroquia El Calvario, de San Vicente, fue el encargado de llevar el mensaje a los fieles, y en el cual realizó una reflexión enfocada en varios puntos entre éstos: la “importancia de la renovación de la fe cristiana en el país”.
“Esta renovación debe ser a partir del testimonio de Monseñor Romero, lo cual implica, que la práctica de esta fe no debe ser tan sentimentalista, sino más orientada a la cuestión social y a reclamar los derechos de las personas y de los pueblos”, dijo el Padre Chopin.
Otro de los puntos fue el respeto de la dignidad de las mujeres, así como el derecho al agua, el respeto a la autodeterminación de los pueblos, como en el caso de Venezuela, todo en torno a practicar una fe más “comprometida con la cuestión social”.
Chopin también se refirió al odio a la fe, razón por la cual, según el Vaticano, Monseñor Romero fue asesinado.
“Cuando se habla del odio a la fe hay que preguntarse quien es el que odia, por qué odia y a quién odia. En este caso no es solo Roberto d´Aubuisson, que es el acusado, sino un grupo de personas, la élite, la oligarquía, que es quien contrata a esta gente para asesinar a otro, por tanto, no hay que focalizare solo en la persona, sino quien está detrás”, enfatizó.
El religioso agregó que “los motivos de odio ciertamente fueron por los testimonios que daba en ese caso monseñor Romero, el cual es de apertura, de amor a los pobres”.
“Eso molesta a muchos, a los ricos de este país, porque les organiza a los trabajadores”, señaló.
El sacerdote también sugirió a los partidos políticos de que quiten de su bandera algunos símbolos cristianos.
“En sus banderas los partidos PDC y ARENA tienen símbolos cristianos. Yo no sé si ellos lo pusieron conscientemente pero son símbolos cristianos; entonces, actualmente genera confusión, es mejor que los retiren, y ya no se aprovechen de la imagen cristiana sobre todo, si ya no la van a apoyar”, recalcó.
Respecto a la beatificación de Monseñor, la cual será el próximo 23 de mayo, Chopin dijo que ese será “un día histórico, nunca visto en el país”, por lo que llamó a toda la población a que asistan y que participen de lleno para que tenga mayor fuerza el evento.
Finalmente, el sacerdote llamó a cada feligrés a recordar a monseñor Romero con alegría, pero también con mucha seriedad, incorporando el estilo de vida de Monseñor a sus propias vidas.
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