Por Henry Morales Arana
Ciudad de Guatemala/AFP
La vicepresidenta de Guatemala, try Roxana Baldetti, renunció este viernes al cargo salpicada por un escándalo de corrupción en el sistema aduanero, en que ha sido involucrado su exsecretario privado Juan Carlos Monzón, informó el presidente Otto Pérez.
La dimisión de Baldetti ocurre dos días después de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) le pidió al Congreso analizar si le retiraba la inmunidad para procesarla por su eventual responsabilidad en el caso de corrupción que ha mantenido al país en vilo desde hace tres semanas.
«La renuncia, según los motivos manifestados por la vicepresidenta, se circunscribe a una decisión personal con el único interés, al separarse voluntariamente del cargo, de someterse y colaborar con las investigaciones que sean necesarias y sobre todo con el debido proceso», declaró Pérez en conferencia de prensa.
«Su decisión es personal, meditada, difícil y valiente», aseguró Pérez ante los periodistas en la Casa Presidencial.
La renuncia fue notificada al Congreso que en los próximos días debe escoger el reemplazo entre una lista de tres candidatos que le propone el presidente.
La Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente avalado por la ONU para sanear el sistema judicial, revelaron el 16 de abril la existencia de una red dedicada a defraudar el fisco desde las aduanas que supuestamente lideraba Monzón, ahora prófugo y presuntamente refugiado en Honduras.
Cuando estalló el escándalo, Baldetti se encontraba en Corea del Sur en una visita oficial a la que le acompañaba Monzón, quien desapareció desde entonces.
Al regresar a Guatemala, la vicepresidenta se desligó del caso y aseguró que desconocía las operaciones ilícitas de su hombre de confianza.
Sin embargo, las revelaciones provocaron una oleada de indignación y un extendido reclamo de renuncia o remoción de la vicepresidentes formulado por numerosos sectores sociales.
«La línea» provocó su caída
Baldetti intentó frenar el antejuicio impugnando la decisión del Poder Judicial ante la Corte de Constitucionalidad, la máxima instancia legal, que este viernes desestimó la petición.
El miércoles la cúpula empresarial guatemalteca presionó al gobierno, al que le restan ocho meses, y le exigió la renuncia de Baldetti, para garantizar la imparcialidad en la investigación.
Este viernes la Fiscalía y la Cicig pidieron retirar la inmunidad a la jueza que lleva el caso, al sospechar que recibió sobornos para otorgar libertad provisional a tres acusados en el fraude, que ya fueron recapturados.
La red descubierta por la Fiscalía y la Cicig, que ha sido llamada «La línea», operaba cobrando sobornos a empresarios en las fronteras para evadir impuestos, actividad con la que se estima obtuvo ganancias millonarias.
Como parte de la organización han sido detenidos Omar Franco, jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) -ente recaudador de impuestos de Guatemala- y su antecesor Carlos Muñoz, junto a una veintena de personas, incluidos otros altos funcionarios de la entidad.
Estallan las redes
La renuncia de Baldetti fue motivo de celebración en las redes sociales: bajo el hashtag #AdiósBaldettiCorrupta, los usuarios de Twitter corrieron como pólvora el anuncio hecho por el presidente.
«No renunció, la despedimos», «El próximo es Otto Pérez» y «El pueblo ha triunfado», decían algunos mensajes en la red social que al igual que Facebook ha sido usada desde que estalló el escándalo como plataforma para convocar a manifestaciones masivas en las que se exige a los gobernantes que se sometan a la justicia.
En la Plaza Central, frente al Palacio de gobierno, donde se han producido la mayoría de las manifestaciones, cientos de personas empezaban a concentrarse la noche de este viernes para celebrar la renuncia de Baldetti.
Por su lado, el gobierno de Estados Unidos en un comunicado emitido en español indicó que «toma nota» de la renuncia de la vicepresidenta y apoya los esfuerzos del presidente Pérez «para hacer frente a los cargos de corrupción oficial en Guatemala».
Por su parte, la líder indígena guatemalteca y Premio Nobel de Paz 1992, Rigoberta Menchú, calificó la dimisión como «un triunfo del pueblo de Guatemala» y dijo en un boletín que alienta a la población a continuar con las manifestaciones.