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Madrid/Prensa Latina
Por Fausto Triana
A río revuelto, un equipo en España se frota hoy las manos, el Atlético de Madrid, tras el repaso del Barcelona al Real Madrid y avizorarse los octavos de la Copa del Rey.
Cosas del fútbol. Mirando los toros desde la barrera por no clasificarse para la fase decisiva de la Supercopa de España, el Atleti que dirige el argentino Diego Cholo Simeone sacó el rédito necesario: se consolidó como líder de LaLiga y está en posición favorable en la Copa del Rey.
Los colchoneros ajustaron las imperfecciones de su juego en el inicio de la temporada y el golpe de autoridad en la mesa llegó en diciembre, con el triunfo in extremis sobre el Barcelona 2-1.
Llevan un punto de ventaja al Real Madrid (44 por 43) y seis al Barcelona (38), pero más allá afrontan una Copa del Rey en octavos de final frente a un rival menos complicado como es el Elche, de la segunda división.
El argentino Julián Álvarez, el francés Antoine Griezmann y el noruego Alexander Sorloth, junto con una renovada cobertura defensiva del guardameta esloveno Jan Oblak, entre otros factores, devuelven la confianza a Simeone.
Por el contrario, el inspirado Barcelona, que aplastó a los merengues 5-2 en la Supercopa de Yeda, Arabia Saudita, lo tiene más complicado contra el Betis este miércoles, mismo día en el cual el Atlético enfrentará al Elche. Con la obligación de salir de las cenizas, la “casa blanca” vuelve alicaída a sus predios del Santiago Bernabéu, contra un siempre difícil Celta de Vigo este jueves. Repetirá en el mismo escenario el domingo ante Unión Deportiva Las Palmas.
Los azulgrana parecen haber recuperado el tono de su estilo ofensivo, con las prestaciones de Lamine Yamal, el brasileño Raphinha y el polaco Robert Lewandowski, junto con la excelencia en la conducción del mediocampo de Pedri.
Sin embargo, tiene tareas pendientes el ahora muy cuestionado entrenador italiano del Real Madrid, Carlo Ancelotti, con un defensor central desastroso (el francés Aureliene Tchouameni) y un lateral derecho que tampoco cumple (Lucas Vázquez).
Le habían servido para aplacar el temporal de las bajas del brasileño Eder Militao y el español Dani Carvajal, pero quedó demostrado con el Barcelona que, frente a conjuntos grandes, no cumplen las expectativas.
