Caralvá
Intimissimun
Introducción
Los siguientes datos nos ayudan a comprender el panorama económico de la nación y su complejo esquema de navegación desde el Siglo XIX, que intenta insertarse en el comercio internacional y las finanzas de las potencias de esa época.
Después de la independencia se inicia un período inestable político, con una tendencia a la unión centroamericana, pero esta fracasa, las referencias a manera de ejemplo: “entre 1824 y 1842, El Salvador tuvo 23 jefes de Estado y participó en 40 batallas, lo cual, además de crear un clima de inseguridad que desestimulaba la inversión y obstaculizaba el desarrollo del crédito, disminuía la escasa oferta de mano de obra. Señala que una práctica común entre los caudillos para financiar sus guerras consistía en recurrir a préstamos forzosos entre los “propietarios “más acaudalados, disminuyendo su capacidad para prestar o invertir”[1] .
En ese horizonte “la orientación de la política fiscal al servicio de la agroexportación” del texto citado entre los años 1823 y 1840: “ En el ámbito de los egresos, los gastos predominantes eran los militares y los asociados al pago de la deuda pública, los cuales tenían como justificación las guerras recurrentes con los vecinos y los esfuerzos infructuosos por sostener el Estado Federal. Smith señala al respecto que, al dividirse la federación centroamericana en 1839, El Salvador asumió una deuda de 27 216 libras esterlinas (136 083 pesos), equivalente a la sexta parte de la deuda externa, estimada en 163 300 libras que aquella tenía con los banqueros ingleses, conocida como la deuda inglesa”[2]
Entre “1860 y 1900 una política fiscal hecha a la medida de los caficultores”
(Fragmento) … “la principal contribución del gobierno de Gerardo Barrios, quien en 1861 entabló negociaciones con George Kerferd para convertir la deuda interna la parte de la deuda externa de la federación centroamericana que asumió El Salvador luego de la disolución de aquella. Para proteger la producción de café, el 25 de octubre de 1861 Barrios promulgó un decreto ejecutivo mediante el cual se estableció el cobro de un peso por cada arroba de café importada…[3]
Estas breves notas nos ayudan a documentar el artículo que a continuación reproducimos, y tiene esa concordancia con el libro citado: La economía salvadoreña después de la independencia.
Diario Patria 25 de enero 1932 Las relaciones entre El Salvador y los Estados Unidos
Las inversiones yanquis en El Salvador han aumentado mucho más rápido que el comercio entre los dos países / Max Winkler
Antes de la guerra, las inversiones de los Estados Unidos en El Salvador alcanzaban unos 3.000,000 de dólares. El Comercio con esta República en 1913 se elevó a un total de poco más de 5.000,000 de dólares del cual 2.677,000 correspondían a las importaciones yanquis y el resto a las exportaciones norteamericanas a El Salvador. El año pasado, el intercambio entre los dos países sumó 7.320,000 dólares, del cual $4.445,000 representan el valor de las exportaciones estadounidenses a El Salvador. Comparadas con las de 1931, las cifras correspondientes al año pasado representan un aumento del 45%. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el valor adquisitivo del dólar ha bajado considerablemente, por lo que la ventaja mencionada es menos aún de lo que parece a simple vista. Las inversiones yanquis en El Salvador han aumentado, no obstante, mucho más rápidamente que el comercio entre los dos países. A principios de 1931, su total alcanzaba ya la suma de 44.000,000 de dólares, casi quince veces más que el total de 1913. Es obvio que el comercio no siguió al dólar en El Salvador. De los fondos totales estadounidenses en El Salvador, $14.530,300 corresponden a obligaciones del gobierno nacional de aquella república; el resto consiste en lo que se llama inversiones directas, industriales y comerciales. Entre estas se incluyen los ferrocarriles internacionales de Centro América y las Minas Centroamericanas, compañía esta que fue organizada en 1923, bajo leyes del estado de Delaware, para adquirir las propiedades de la compañía Minas de Plata de El Salvador. Incluyen también las Minas Consolidadas Butter Potosí, las Butter Divisadero Company y la Monte Mayor Mines de Delaware. Una parte considerable del capital yanqui está interesado también en instituciones financieras salvadoreñas y empresas de servicio público, especialmente telefónicas y eléctricas.
La primera suspensión de pagos de El Salvador ocurrió siguiendo casi inmediatamente al primer empréstito extranjero. Esto tuvo lugar en 1823 y, durante más de una generación, los tenedores de bonos, en su mayoría ingleses, no recibieron interés alguno. En 1860 se llegó a un arreglo, a base del pago en efectivo a razón de 90 centavos de dólar. El crédito de la República había sufrido un golpe rudo, por lo que durante casi treinta años a partir de esa fecha no encontró mercado para flotación de nuevos empréstitos.
En 1889 se contrajo un empréstito de 1.500,000 dólares en Londres, al que siguió otro de $2.500,000 tres años más tarde. En marzo de 1908, otra emisión por valor de $5,000,000 fue puesta a la venta con la garantía de un grupo bancario inglés, encabezado por el Anglo-South American Bank. Siete años habían pasado cuando se obtuvo otro empréstito adicional de $1.150,000 con el propósito de hacer frente a algunas obligaciones contraídas con los empréstitos anteriores, y el que, junto con el flotado en 1908, fue objeto de una suspensión en 1921, y, tres años más tarde, se llegó a un acuerdo, mediante el cual se flotó el primer empréstito salvadoreño en Estados Unidos. Aun cuando el comercio había bajado ya mucho y los bonos de El Salvador sufrieron en los meses que antecedieron a la revolución reciente[4], no se espera que este movimiento político ejerza influenza marcada en las relaciones comerciales o inversionistas con los Estados Unidos. Nueva York Dic. 1931.
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[1] La economía salvadoreña después de la independencia, Por qué estamos como estamos / Willian Pleites – San Salvador: Colección Bicentenario, 12 Serie Historia, vol.2 Ministerio de Educación; 2022 – pág 62
[2] Idem pág 74.
[3] Idem pág 81
[4] ¿Golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931?
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