Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
En repetidas ocasiones he señalado que Santa Tecla cuenta con una riqueza patrimonial inmueble de gran valor histórico, reflejada en sus lujosas residencias que aún se conservan; otras convertidas a mercados o centros comerciales, así como las que sucumbieron al paso del tiempo a fenómenos naturales o la voracidad de destructores de la herencia cultural.
En tal sentido, es necesario recordar que los movimientos telúricos de 1839, así como los del 16 de abril de 1854 en San Salvador, originaron la búsqueda de un nuevo asiento para la Ciudad Capital. Es así como en diciembre de 1854, se desarrollaron los actos de fundación de esta; cuyo decreto se produjo el 8 de agosto del año antes mencionado, siendo su precursor el expresidente de la república teniente coronel José María San Martín.
El crecimiento urbanístico de Santa Tecla data de 1854, con influencias coloniales y francesas, por lo que el 7 de noviembre de ese año se concedieron áreas a quienes gustaran edificar en la nueva urbe, señalándose términos de concesión y criterios para la construcción de casas en un área de 225 manzanas. El 2 de enero de 1855 la Junta de Delineación del municipio encargada del desarrollo urbano y/o arquitectónico de la localidad, autorizó la distribución de terrenos. En 1859 se edificaron portales con la finalidad de resguardar al peatón del medio ambiente, de acuerdo con registros bibliográficos sobre el tema.
En 1999, la “Comisión de Rescate del Centro Histórico de la Alcaldía Municipal de Santa Tecla”, estimó que la ciudad contaba hasta esa fecha con 270 inmuebles de carácter histórico. La arquitectura de estos era diversa: colonial latinoamericano, ecléctico, neogótico, art noveau, neobarroco. Entre estas residencias con las características mencionadas de acuerdo con información proporcionada por el licenciado Orlando Morán Castillo, presidente de la Asociación Tecleños de Corazón, son las siguientes.
Los domicilios de Luís Amparo Bustamante (+), así como las de Guillermo y Esteban Bustamante O’Byrne (+); la exresidencia de doña Violeta de Parker; la mansión de las señoras Meza (+), que luego perteneció a María de Canales (+), en la que funciona una conocida panadería sobre el Paseo El Carmen.
El domicilio de Lidia Sol de Iraheta (+), la vivienda de Roberto Parker (+), que actualmente ocupa una cafetería en la que residió el irlandés Gerard Coughlin (+), expresidente de la Orden de Malta, el poeta Hugo Lindo (+), Enrique Aberle (+), y Luís Andreu (+), entre otras personalidades.
La mansión de la familia Parker, la morada de Gonzalo Montoya (+), la del historiador Roberto Molina y Morales (+), Dr. Rubén Alonso Rochi (+), Pilar de Porras (+), Dr. Manuel Loucel Porras (+), la Casa Kravetz y la Casa Soundy, entre otras.
Se agregan las inexistentes o deterioradas viviendas de: Godofredo Arrieta (+), Dr. Jorge Argueta (+), Pedro Sevillano (+), Jorge Guirola Búcaro (+), las señoritas Alicia y Julia Castellanos (+), Mario Harrison Morales (+), Valentín Fuentes (+), Familias Guirola, y Rivas Gallont. Para conocer más al respecto sobre estas viviendas y otras no mencionadas, pronto se organizará una conferencia por parte de Tecleños de Corazón ¡A estar pendientes!
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