Unos 470 mil habitantes de esa Región Administrativa Especial (RAEHK) se reunieron en las inmediaciones del Parque Tamar y exigieron el fin de los disturbios y el caos provocado por personas radicales.
Hong Kong vive hace más de un mes una situación de inestabilidad debido a las fuertes protestas desatadas contra un proyecto de reforma a la ley de extradición.
Aunque el plan de cambiar esa legislación fue suspendido hace varias semanas por las autoridades hongkonesas, las marchas no se han detenido y diversas voces dentro y fuera de esa región han criticado las verdaderas intenciones de esas reivindicaciones.
Según informan los medios locales, ciudadanos de todos los ámbitos y edades participaron en el mitin y exigieron restaurar el orden social en la ciudad.
Portando carteles con lemas como Salvemos a Hong Kong y Pare la violencia, la multitud reunida en el conocido lugar rechazó los actos ilegales cometidos por los radicales.
En las últimas semanas, los manifestantes han destrozado la propiedad pública, bloquearon carreteras, sitiaron estaciones policiales y hasta arrojaron ladrillos para atacar a los agentes.
Por su parte, las autoridades hongkonesas han criticado esos comportamientos de total irrespeto hacia las normas y se comprometieron a aplicar todo el peso de la ley contra los culpables. La semana pasada, las protestas se trasladaron además al aeropuerto de Hong Kong, uno de los más transitadas del mundo, y forzaron la cancelación de todos los vuelos y la interrupción de varias de sus operaciones habituales por más de dos días.
Según fuentes oficiales, la agitación reinante también ha dañado gravemente el turismo y el comercio minorista, dos sectores claves de la economía de la RAEHK.
Desde el inicio de las protestas violentas, el gobierno central de China ha mostrado su apoyo a las autoridades de la RAEHK en su administración efectiva de esa crisis de acuerdo con la legislación.
Beijing aseguró que defenderá el modelo Un país, dos sistemas ante la situación desatada por radicales en esa región.