Miguel Ángel Dueñas Góchez*
Conozco el caso de un joven comerciante, quien me cuenta su historia de vida: “cuando tuve la edad de año y medio fui abandonado por mi madre, a mi padre no lo conocí ni me interesa conocerlo a mi edad (34 años). Anduve de familia en familia y como era carga me mandaban a trabajar; hasta que en una ocasión fui violado a la temprana edad de tres años. Luego, en diferentes lugares trabajaba de 12 a 16 horas, si las máquinas fallaban o estaban mal cuidadas por falta de mantenimiento y el producto salía defectuoso me lo descontaban. Al llegar a mis 18 años migré a Estados Unidos, trabajé por dos años e hice mis ahorros, hasta que me encontró la “Migra” sin papeles y fui deportado.
Al venir me acompañé con mi actual esposa con quien he procreado cinco hijos (4 niñas y 1 niño). Aunque sé que la vida es injusta le he echado ganas, viví en marginales a orillas de quebradas que destilaban mal olor día y noche, pero yo sabía que no era ese mi destino, con mi pequeña empresa sigo para delante, he conseguido una casa en una residencial para que mi descendencia no sufra lo que yo sufrí. Fui religioso y no encontré apoyo ni salida para mis problemas, creo en la madre naturaleza y a mi familia estoy tratando de formarla de modo que pueda pensar por sí misma para no obedecer criterios ajenos”.
Como Movimiento por una Cultura Laica creemos en nuestra población salvadoreña, quienes pueden salir de cualquier situación dependiendo del lado que se le busque a la vida, pues existen malas experiencias de quienes creen que el vicio y la drogodependencia es lo más fácil para olvidar su situación de empobrecimiento o su pasado; desgraciadamente, muchas personas se limitan muy por debajo de sus capacidades. Por lo tanto, la mejor forma para que nuestros objetivos se conviertan en realidad es concentrarnos en ellos, visualizarlos, planificarlos, desearlos, sentirlos y, posteriormente, actuar en consecuencia para que se conviertan en una realidad palpable, ideas claras y enfoque.
*Lic. en Relaciones Internacionales.