Caralvá
Intimissimun
Emilio Gissot fue un miembro de la misión francesa en El Salvador en los años treinta, su condición diplomática le permite expresar unas breves palabras de reconocimiento a las fuerzas militares que defendieron al presidente Arturo Araujo[1], un tema delicado puesto que en el Paraninfo de la Universidad Nacional se encuentra el general Martínez.
La defensa militar del presidente Arturo Araujo la hemos reseñado en artículos anteriores, pero se puede encontrar en Diario Latino del 3 de diciembre de 1931 en adelante, en ese día el titular dice: General Martínez presidente de la República[2]: los subtítulos son evidentes: “amenaza de fusilar, un incidente precipitó el golpe, Ataque a casa presidencial, Policía y Guardia Nacional se rinden..” la nota que reseñamos de esa época contiene dos menciones significativas: a- La lealtad de los soldados hacia el presidente Araujo y b- Capitán Joseph Albert Touflet fallecido en la Batalla de Chalchuapa.
30 de diciembre de 1931 Diario Latino. El ateneo dio una recepción a Emilio Gissot en la U.N.
(Fragmentos) El domingo por la mañana tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad Nacional, la recepción de despedida de parte del Ateneo de El Salvador, al socio de esta institución, don Emilio Gissott. Encargado de Negocios de Francia en El Salvador.
(…) a eso de las diez de la mañana, hizo su ingreso a aquel local el señor presidente de la República, Socio de número del Ateneo, general don Maximiliano Hernández Martínez.
(…) El presidente de la entidad doctor Francisco Funes Pineda, subió a la tribuna, para decir el discurso de despedida al con-socio Gissot.
Reseñó detenidamente las actividades del que dentro de pocos días dejará el suelo salvadoreño para regresar a su Patria; desde cuando fuera soldado, hasta las labores en la prensa italiana, española y greca. Hasta cuando se convirtiera en dramaturgo, en fuerza de conocimiento adquiridos durante sus estudios en las escuelas de academia militar francesa.
Habló del entusiasmo del socio que se ausentará: de su buena voluntad para las causas de la humanidad, de su aporte intelectual en la institución a que pertenece y de la que significa para la sociedad salvadoreña; de su actividad en los pasados acontecimientos del dos de diciembre y de todo aquello que envuelve la figura dinámica y simpática de nuestro amigos Emilio Gissot.
El orador fue aplaudido al descender de la tribuna.
Seguidamente, se le entregó el diploma que no acredita como socio correspondiente en Francia. Habla después el obsequiado.
Reseña de Emilio Gissot
Fueron las de él, frases pronunciadas con sinceridad, con entusiasmo y cariño. Expuso su labor de acercamiento entre dos países: La Francia de Francisco María Arué, El Patriarca de Ferne y El Salvador de Gavidia y de Delgado.
Habló de su amor por el pueblo salvadoreño he hizo cita de conceptos que expresara un ministro italiano en la Francia del Rey Sol, Nazarino, Primer Ministro de Luis XIV. Y así dijo, siendo yo francés, me siento salvadoreño. Perdonar que mis frases -expuso- no tengan el timbre del castellano y estropee un poco vuestro idioma, pero en mi habla la voluntad, el amor, la sinceridad.
Fueron las de él, las palabras que revelan al hombre que hablaba de corazón, si éste pudiera tener palabras, aunque en él había siempre el sentimiento.
Habló del presidente constitucional presente: de su modo invariable para con sus semejantes; siendo el mismo antes de estar en el poder, que en el. Es decir, no lo ha mareado la cultura. Expuso el relieve significativo de la mujer salvadoreña, tanto para el hogar, para la sociedad como para con la patria. Trajo a colación el valor e hidalguía y orden del pueblo salvadoreño; su honestidad cívica, cuando permaneciendo sin vigilancia policíaca después del dos de diciembre, no se registraron crímenes, ni hubo desordenes demostrativos de incultura. La propiedad respetada, lo mismo que las personas. Elogió la actitud de los militares tanto los que atacaban como los que defendían el antiguo régimen. Hizo mención particular del general Calderón.
Dijo Aquella cuarteta de Campoamor, tan conocida por todo el mundo de habla española: En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira: todo es según el color del cristal con que se mira.
Dijo que llevaría a la Francia de sus mayores impregnado el espíritu y el sentimiento salvadoreño y terminó con estas frases: deseo para el pueblo salvadoreño, el orden, la tranquilidad, el progreso y la paz que ahora se ven. Todo por al autonomía e independencia nacional. Efusivos aplausos apagaron las últimas frases del orador.
(fragmento) … el nuevo socio doctor Guillermo Trigueros expuso parte de su estudio Potología Social.
Principió por demostrar que han sido los franceses en El Salvador, que, sin dejar de recordar a su patria, sin olvidarla, mueren siendo salvadoreños. Desde aquél francés que murió en los campos de Chalchuapa[3], hasta el que, en misión humanitaria, expirara víctima de la fiebre amarilla. Esto en honor del que se despedía. amazon.com/author/csarcaralv
[1] Es una rara nota, que resalta a los militares olvidados que murieron en la defensa constitucional y sus deberes militares, la sociedad no se esperaba una larga dictadura de catorce años. Días antes del Golpe de Estado se había anunciado el llamado a elecciones municipales y diputados.
[2] Nótese que la prensa ha sido informada del nuevo presidente; negando que había sido detenido, como se informó posteriormente.
[3] Capitán Joseph Albert Touflet Disponible en Amazon.com
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