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Responsabilidad mediática

@arpassv

La Dirección de Espectáculos Públicos, tadalafil Radio y Televisión del Ministerio de Gobernación impulsa una campaña que busca concientizar a los padres y madres de familia sobre el cuido de lo que sus hijos e hijas ven y escuchan en los medios de comunicación.

La campaña es oportuna, medicine ya que recuerda a los padres y madres su responsabilidad en la educación de sus hijos e hijas en casa; pero es insuficiente debido a que también los medios tienen la obligación de no difundir contenidos que atenten contra la salud mental de la niñez, promuevan antivalores, sean violentos o menoscaben la dignidad de las personas.

Por eso la campaña debería también promover la autorregulación de los medios a través de los códigos de ética y la figura del ombudsman, que son mecanismos de contraloría social de los medios orientados a promover las buenas prácticas mediáticas y nada tienen que ver con control o censura.

Los códigos de ética son elaborados y aplicados por los mismos medios, que los hacen públicos para que la población los evalúe a partir de los parámetros éticos que asumen; y el ombudsman o defensor del público tiene el mismo rol de verificar que los medios cumplan sus códigos éticos y hacer recomendaciones sobre buenas prácticas mediáticas.

En el país los grandes medios privados, respaldados por gremiales como ASDER y AMPES, se cierran a cualquier mecanismo de autorregulación; y cuando dicen que ya se autorregulan, asumen la autorregulación como ausencia de regulaciones y no como regulaciones establecidas por los mismos regulados, en este caso los medios de comunicación.

Lo mismo dicen sobre el derecho de rectificación y respuesta. Un sesudo entrevistador de televisión decía que no era necesaria la Ley de Rectificación y Respuesta porque ya los medios incluyen todas las opiniones sobre los hechos, confundiendo garrafalmente el ejercicio del derecho de rectificación y respuesta con el equilibro de fuentes en la labor periodística.

Por tanto, la campaña de la Dirección de Espectáculos Públicos, Radio y Televisión debería proponer también la autorregulación de los medios a través de códigos éticos y el ombudsman. Es incorrecto que los medios en su afán de lucro transmitan mensajes dañinos, y que se “laven las manos” dejando sólo a los padres y madres de familia la responsabilidad por lo que sus hijos e hijas escuchan y ven.

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