@arpassv
Ayer se realizó un encuentro de representantes del gobierno con propietarios y directores de medios de comunicación, illness para dialogar sobre los problemas de violencia e inseguridad. El evento, convocado por la Secretaría de Gobernabilidad y Comunicaciones, fue presidido por el Presidente Salvador Sánchez Cerén y el ministro de Justicia y Seguridad.
El propósito gubernamental no es censurar o darle “líneas” a los medios sobre cómo abordar el problema delincuencial, sino compartir información y buscar compromisos conjuntos en la aplicación de políticas integrales de seguridad que combinen represión del crimen, prevención de la violencia y reinserción de los delincuentes.
De hecho, el ministro Benito Lara compartió información detallada sobre la criminalidad y presentó un plan de estrategias integradas para enfrentar dicha situación. Luego, el colombiano Hernando Gómez Buendía sugirió a los medios revisar sus “narrativas” sobre la violencia e inseguridad, a fin de que la “realidad percibida” se corresponda con la “realidad objetiva”.
La recomendación del académico suramericano es oportuna, dada la incidencia de los medios de comunicación en la construcción de los imaginarios colectivos y percepciones sociales sobre el tema delincuencial. Los medios pueden ayudar a resolver el problema o contribuir a empeorarlo.
En el país, muchos medios tienen responsabilidad en este problema por difundir contenidos que promueven los anti valores de la violencia y hacen apología de la criminalidad (películas violentas, novelas sobre narcos, etc.) o con abordajes pseudo periodísticos como los informativos sensacionalistas “Noticias Cuatro Visión” y “Código 21”.
Por eso es necesario plantear en serio la autorregulación mediática a través de la implementación de códigos éticos, la instauración de la figura del ombudsman para los medios, los observatorios ciudadanos y otros mecanismos de control social sobre los contenidos y prácticas mediáticas.
Plantear también la democratización del modelo mediático porque, en la medida que se genera mayor diversidad de medios, se garantizan agendas mediáticas más incluyentes y pluralidad de enfoques informativos. Y para esto es necesario aprobar los proyectos de ley de medios públicos y de radiodifusión comunitaria, reformar la Ley de Telecomunicaciones y abrir un amplio debate nacional sobre la digitalización del espectro radioeléctrico.