Por Federico Grandesso
PRATO, Italia/Xinhua
La forma en que la comunidad china respondió al brote de COVID-19 ha tenido una influencia positiva en «nuestros ciudadanos», dijo a Xinhua Matteo Biffoni, alcalde de la ciudad de Prato, en el centro-norte de Italia.
Al comienzo del brote, recordó Biffoni, muchos italianos pensaban que el nuevo coronavirus era un problema lejano, pero el hecho de que la comunidad china se lo tomara muy en serio en esa etapa inicial «tuvo un impacto positivo en nuestros ciudadanos, lo que hizo que estuviésemos mejor preparado cuando llegó la tormenta».
Después de casi tres meses, no se ha registrado en Prato ni un solo contagio entre la comunidad china, que representa en torno a una octava parte de la población local, según datos del sitio web municipal. La ciudad está por debajo de la media regional y nacional en cuanto a infecciones por coronavirus.
«En enero, la comunidad china cerró sus tiendas y fábricas (…) Todos comenzaron a usar mascarillas. Se puso en marcha un servicio de comida a domicilio y los chinos comenzaron a salir cada vez menos», dijo el alcalde.
Según relató, cuando el virus llegó a Europa «los italianos entendieron que los chinos habían tomado todas estas medidas porque era una enfermedad infecciosa muy peligrosa».
«Los italianos reconocieron el gran sentido de responsabilidad de la comunidad china, lo cual muestra el fuerte apego de esta comunidad asiática a nuestra ciudad. También a nivel político, todos apreciaron su actitud durante la crisis», enfatizó.
Prato ha recibido de China multitud de equipos de protección personal, como mascarillas y desinfectantes para manos, afirmó Biffoni, y añadió: «Todavía están llegando y el flujo continuará en el futuro».
A su juicio, sobrellevar la pandemia juntos es una experiencia valiosa que «marcará la relación entre nuestras comunidades, la cual, creo, se estrechará aún más».
Capital de la provincia homónima, Prato es una ciudad históricamente multicultural. El mundo globalizado, señaló el alcalde, no debe centrarse en los intereses de unos pocos, sino en los de todos.
Biffoni abogó por una mayor cooperación mundial y subrayó que, aparte de los lazos diplomáticos, la comunicación entre las personas también es muy importante.
«Es algo cada vez más necesario porque el mensaje que nos ha llegado es que corremos el riesgo de ser frágiles si no actuamos juntos», apuntó.