GUANGZHOU/Xinhua
Al ingresar a un restaurante en Guangzhou, capital de la provincia meridional china de Guangdong, en lugar de camareros, se observan a unos robots guiar a los comensales y dirigirlos a sus mesas, elaborar platos, e incluso servir cócteles con ayuda de un brazo artificial.
Se trata de Foodom Robot, un restaurante chino innovador que abrió sus puertas recientemente en uno de los distritos comerciales más prósperos de la ciudad. En el evento de inauguración se pudo apreciar la elaboración de una docenas de platos de las “manos” de los robots.
Lin Chaodai, un chef de cocina cantonesa, de 52 años, hace un año fue invitado a enseñar a unos aprendices muy particulares, unos robots, que tras su capacitación ahora forman parte del grupo de trabajo del restaurante. Son 46 y se especializan en cocinar, freír, servir vino, entregar alimentos, entre otros.
Durante la formación, Lin junto a otros 10 chefs les hicieron a estos “aprendices” algunos ajustes para que conocieran información relevante en la preparación de alimentos como la temperatura, el sabor, la cantidad de ingredientes y el tiempo de cocción, y luego ingresaron estos datos en un ordenador. Al final, los “aprendices” recordaron con precisión las habilidades de los maestros y lograron preparar por ellos mismos los platos auténticos de la gastronomía Shunde, una de las tantas especialidades cantonesas.
La idea del restaurante fue desarrollado por un centro de investigación, perteneciente a Country Garden, un gigante inmobiliario del país. A medida que el mercado inmobiliario de China entra en un proceso de transformación, la empresa decidió dedicarle esfuerzos al campo de la robótica.
El decano del centro, Yan Weixin, aseguró que la cocina apoyada por robots es más eficiente, ya que el tiempo de cocción promedio de un robot es de tres a cinco minutos, y se puede cocinar sin interrupción con 32 woks (sartenes chinas). Por ejemplo, el preparar una hamburguesa tardaría solo 90 segundos.
Lin, ganador de un premio de la cocina cantonesa, considera que a través de las rigurosas pruebas de datos, a largo plazo y con un procesamiento digital preciso, estos robots podrían replicar con precisión el sabor y la calidad de los famosos chefs.
Yan explica que “al preparar un mismo plato, el cocinero podría no cumplir con todos los requisitos dos o tres veces, pero el robot es capaz de hacerlo estrictamente de acuerdo con todos los estándares”.
Estos restaurantes aparecieron en China en 2014, pero debido al uso ineficiente, pocos obtuvieron éxito. En los últimos dos años, muchas compañías también lanzaron restaurantes robóticos, no tripulados o inteligentes, pero se trata de aplicaciones dispersas para un segmento específico.
“Aparte de los robots de todos tipos, integramos la cocción, el transporte de la cadena de frío y el servicio al cliente, es la primera vez en el país “, señaló Yan.
“Este sistema sigue mejorando, desarrollando continuamente nuevos platos y satisfaciendo las nuevas necesidades de los clientes”, indicó Qiu Mi, gerente general de la compañía, quien agregó que el centro de investigación cuenta con más de 750 personas hasta ahora, con una inversión acumulada de más de 200 millones de yuanes y ha investigado 70 tipos de robot con más de 300 solicitudes presentadas para patentes.
Según un informe sobre el desarrollo de la industria de robots de China, el tamaño global del mercado de robots en 2019 fue de aproximadamente 29.410 millones de dólares, de los cuales la demanda de aplicaciones emergentes de robots como la cocina continúa siendo fuerte.
Se prevé que el mercado de robots de servicio alcance los 2.200 millones de dólares en el país, lo que significaría un aumento anual de acerca del 33,1 por ciento, por encima de la tasa del mercado mundial de la industria.
Qiu sostuvo que un restaurante con tecnología robótica avanzada puede aliviar el problema de “escasez de mano de obra” que enfrenta la industria. La gestión y el control mejoran en gran medida, la eficiencia de la gestión del personal y reducen aún más los costos de empleo.
La gastronomía china goza de una gran reputación en todo el mundo. Sin embargo, la industria se enfrenta a muchas contradicciones como entre las materias primas y el costo, la autenticidad original y la higiene de los alimentos, la artesanía tradicional y la operación conveniente, etc. Muchas técnicas tradicionales se han perdido o están a punto de desaparecer.
Como director de la Asociación Mundial de Chefs de cocina china, Lin espera que su oficio no se pierda con el tiempo y se transmita de mejor manera. “Es muy razonable usar robots para continuar la herencia del oficio, ya que no solo garantizan la calidad de los platos, sino que también mejoran en gran medida la eficiencia y además promueven la cocina cantonesa en el mundo”.