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Retraimiento narcisista y conciencia paranoide

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

Luigi Zoja -psicoanalista italiano- informa que el paranoico parte que todo mal debe ser atribuido a los demás1. La paranoia es una patología que de padecimiento individual pasa a contaminar a las masas. El filósofo colombiano, Luis Fernando Cardona Suárez sostiene que la paranoia impregna de odio y desconfianza al mundo humano2. Esta es una afectación de la percepción del mundo y de sus vínculos con los demás y con lo otro de nosotros mismos: la sombra. El paranoico se cierra en sí mismo y ve a los otros como enemigos potenciales.

El escritor español, Esteban Hernández, dice que la paranoia es un elemento esencial de la política y de las estructuras de poder3. Por su medio se demoniza a un determinado grupo, al que se le responsabiliza de todos los males. La actitud del paranoico es construir un “chivo expiatorio”. El literato argentino Fernando Bogado alega que el mérito de Luigi Zoja es, abrir la paranoia en sus aspectos sociales y colectivos4.

El historiador mexicano, Pedro Salmerón Sanginés manifiesta que la paranoia colectiva es uno de los motores de las atrocidades de la historia moderna5. Esto debido a que su contagio colectivo conduce al abandono de la reflexión crítica y a buscar culpables en el que es diferente. El filósofo colombiano, Sebastián Alejandro Gonzales Montero y el abogado colombiano Germán Bula proclaman que la paranoia es un arquetipo de comportamiento humano, sintomático de organizaciones jerarquizadas que fomentan el triunfo por encima de los demás6. El motor del paranoico es el miedo y la envidia, lo que lleva a justificar su desconfianza, a negar sus propias responsabilidades, a elaborar planes secretos y disputas con los demás. La desconfianza y la sospecha permean la cotidianidad. La paranoia es un delirio del campo social, es un delirio de la relación con los demás.

Lideres políticos

El psiquiatra español Sergio Oliveros Calvo razona que una persona normal no necesita imponerse sobre los demás, no necesita explotarles en beneficio propio y no necesita tomar la mentira como herramienta para la vida cotidiana7. Por eso, nunca podremos ver a una persona “normal” como político. La realidad y la experiencia dicen que nadie que no sea narcisista, histérico, psicópata, obsesivo y paranoico ha dirigido nunca un país.

Los rasgos narcisistas facilitan la creación de líderes carismáticos, mediáticos y con gran éxito electoral. Los políticos psicopáticos saben seducir y ejercer una explotación a los demás de manera sistemática, mienten sin pestañar, mientras se muestran encantadores, simpáticos y atractivos. El líder histriónico es extremadamente manipulador y busca apariciones frecuentes e impactantes, con declaraciones públicas dramatizadas. En el líder obsesivo sus rasgos generan confianza, son muy efectivos en situaciones de estabilidad, pero, ineficaces en situaciones de crisis. El político paranoide desconfía de todos e interpreta la deslealtad como traición. La combinación de una personalidad paranoide con una personalidad narcisista, facilita un líder dictatorial que centrará todo el poder en su figura y eliminará cualquier disidencia. El político con una personalidad borderline se distinguirá por su impulsividad y por su incapacidad en el control de la ira. Su atractivo es la pasión que suele transmitir que contagia a ciudadanos con personalidades inmaduras. Regularmente un político está dominado por unos rasgos más evidentes (primarios) sobre otros menos manifiestos (secundarios).

El psiquiatra salvadoreño José Miguel Fortín Magaña observa que los dictadores de la historia han padecido trastornos de personalidad. Coexisten rasgos narcisistas y paranoides (rasgos primarios), con una base sociopática (rasgos secundarios)8. Comenta que los dictadores suelen tener un final trágico. Muchos han encontrado el fin en manos de sus propios pueblos, ya que al no concretarse la ilusión que generaron, terminan siendo odiados por la misma gente que años atrás los veneraban. El público se percata de su maldad, hasta cuando ha hecho padecer miserias a sus pueblos. Fortín Magaña cree que es posible parar a los dictadores antes que destruyan todo, si las promesas han sido cínicas y las personas reciben un desencanto desde el principio.

Dictadura

Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno caracterizada porque el líder o el grupo de líderes, no tienen partido político o su partido político es débil9. En los regímenes dictatoriales la fuerte personalidad del líder es aprovechada, para suprimir la libertad de expresión y su discurso a las masas, para mantener su supremacía y la estabilidad política y social. El régimen dictatorial emplea la propaganda política, para disminuir la influencia de defensores del sistema de gobierno alternativo. La colaboración entre la fuerza policial y el gobierno, así como una ideología altamente desarrollada, contribuyen a mantenerlo en el poder. La finalidad es asegurar el control de la comunicación de masas y de las organizaciones sociales y económicas.

Los tipos de dictaduras son militares, cuando un grupo de oficiales detenta el poder. De partido único, cuando un solo partido político domina la política. Personalista, cuando el poder está en manos de un solo individuo y su cuerpo  elite concertado por amigos y familiares. Monárquicas, cuando una persona de ascendencia real ha heredado el cargo de Jefe de Estado (no es dictadura si su papel como monarca es ceremonial). Hibridas, cuando se combina la triple alianza de dictaduras personalistas, dictaduras de partido único y dictaduras militares.

Para el periodista francés, residente en Centroamérica, Fabrice LeLous, marcan el autoritarismo de Bukele en el dos mil veinte, la lucha contra el legislativo y el judicial, como desprecio a la división de poderes10. Igualmente las detenciones arbitrarias en nombre de la salud pública y la irrupción militarizada a la Asamblea Legislativa en febrero pasado. Expone que Bukele ha gestionado la pandemia con mano dura. Y bajo la supuesta protección a la vida ha ahogado la economía y sacrificado los frenos y contrapesos del régimen republicano.

En el primer año, Bukele ha sido aplaudido localmente y criticado internacionalmente. La popularidad de Bukele se debe a su labor en twitter y facebook y a la narrativa de distanciarse de los bandos políticos tradicionales. Bukele usa las redes sociales, la religión y las cadenas nacionales para infundir miedo. Con la usurpación de funciones constitucionales promueve inseguridad jurídica. Comúnmente presenta una actitud excluyente y absolutista que ha encendido las alarmas, sobre una posible deriva autoritaria en El Salvador.

El periodista salvadoreño Leonel Herrera Lemus opina que el presidente Bukele todavía no es un dictador11. Pero presenta actitudes autoritarias como un comportamiento antidemocrático y aspiraciones “dictatoriales”. Herrera Lemus resalta algunos aspectos que Bukele ha cercenado a la democracia: canceló el espacio de dialogo del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, cerró el acceso a la información declarándola inexistente o inventando excusas de negación y eliminó la Secretaria de Participación Ciudadana, Transparencia y Anticorrupción. Asimismo, descalifica al periodismo crítico y favorece “linchamientos digitales” contra periodistas y medios. Confronta con el Órgano Legislativo y reniega de la Sala Constitucional. Reivindica la influencia y la beligerancia de la Fuerza Armada e impide el carácter laico del Estado. Finalmente, ha instalado un discurso confrontativo y excluyente, que divide a los salvadoreños en los que apoyan su gobierno y quienes cuestionan la perspectiva gubernamental.

“El presidente más guapo y cool del mundo mundial”, “se les ordena a todos darle like y así ser el presidente de twitter”, tuits presidenciales que traslucen humor, pero, inconscientemente, pueden ser destellos de su “retraimiento narcisista”. Igualmente los tuits “Yo sé que eso es lo que quieren los mismos de siempre, su plan es arrinconarnos ahí, pero no nos dejan otra opción: si no hay democracia salimos a las calles”, “¿La @SalaCnal SV delega al procurador inconstitucional para que tutele la cuarentena y trata de quitarnos todas las facultades para hacerla cumplir? El chiste se cuenta solo. NINGUNA resolución está por encima del derecho constitucional a la vida y salud del pueblo salvadoreño”, pueden ser una percepción alterada de la realidad objetiva producto de su conciencia paranoide. La presencia de “retraimiento narcisista” y conciencia paranoide en un líder político puede llevarlo a convertirse en dictador. Un político o dictador paranoide es mesiánico, crea un enemigo, fabrica un culto a su personalidad y sus seguidores tienden a su adulación12. Su comportamiento sociopático, como máxima alteración de su conciencia política, puede conducir a la represión y aplastar vidas ajenas.

(Endnotes)

1. Zoja, Luigi. Paranoia: la locura que hace la historia. En: https: //www.fce.com.ar/ar/libros/detalles.aspx?IDL=7549#:~:text=En%20Paranoia.,historia%2C%20con%20un%20enfoque%20multidisciplinario.&text=La%20luz%20de%20la%20conciencia,nunca%20es%20total%20ni%20definitiva.

2. Cardona Suárez, Luis Fernando. Paranoia. La locura que hace la historia. En: scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-5323014000200014

3. Hernández, esteban. Historia de la paranoia, historia de la política. En: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-09-03/asi-funciona-la-politica-la-gente-ha-mandado-su-inteligencia-de-vacaciones-perpetuas_184635/

4. Bogado, Fernando. El más cuerdo es el más delirante. En: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/l0-5204-2013-12-22.html

5. Salmerón Sanginés, Pedro. Paranoia: la locura que hace la historia. En: https://www.jornada.com.mx/2014/09/26/opinion/020a2pol

6. Gonzales, Montero, Sebastián Alejandro y Bula Germán. Paranoia: emociones públicas y universidad. En: researchgate.net/publication/333304857_Paranoia_emociones_publicas_y_universidad/link/5ce5f92d9z85lc

7. Oliveros, Calvo, Sergio. La personalidad: ¿la clave para el liderazgo político? En:grupodoctoroliveros.com/la-personalidad-la-clave-para-el-liderazgo-politico/

8. Fortín Magaña, José Miguel. El fin de los dictadores. En: https://www.elsalvador.com/opinion/editoriales/dictadura/753490/2020/

9. Dictadura. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Dictadura

10. LeLous, Fabrice. Bukele: ¿Un dictador en democracia? Explicamos sus violaciones a la constitución salvadoreña (Y por qué la gente lo apoya). En: https://www.nacion.com/blogs/el-explicador/bukele-un-dictador-en-democracia-explicamos-sus/A67U6UCP4RGWBF5ICHD4CIVFJU/story/

11. Herrera Lemus, Leonel. Cinco aspectos de la democracia que “el dictador” Bukele está “fusilando”. En. gatoencerrado.news/2020/05/17/cinco-aspectos-de-la-democracia-que-el-dictador-bukele-esta-fusilando2/

12. Arroyo, Jesús (1986). Introducción a la psicología política. Bilbao: Ediciones Mensajero

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