Carlos AndrÉs Villacorta,
Escritor
Los pájaros el sol y el viento, las gaviotas haciendo piruetas sobre las olas del inquieto mar; el estruendo de las olas recordando la poesía misteriosa filosófica de Gavidia y de su discípulo Rubén Darío, reunión de pájaros con el sol, el mar y el viento en la costa Salvadoreña, recordando a Jaragua de Napoleón Rodríguez Ruiz.
Hacer justicia decía el torogoz con su aspecto filosófico, hagamos justicia a la memoria de Gavidia y su obra que constituye el génesis de nuestra joven literatura, otros pájaros Izalqueños recordaban a Herrera Velado y sus maravillosos cuentos, se encontraban en la costa Salvadoreña departamento de Sonsonate (Acajutla), entonces apareció el Cenzontle diciendo así: pienso en la dulzura de los versos de Alfredo Espino saben a miel a molienda y cañales en Flor, un zanate que se encontraba en las altas ramas de un copudo amate decía así: y a Pedro Thompson lo han olvidado.
Entonces todos aplaudieron y destaparon una botella de chaparro que fueron a extraer a una sacadera (cuento de Arturo Ambrogi), y por último la Chiltota brindó por Claudia y su tierra de infancia.
Hasta aquí me llega su fragancia gota a gota brindo por Sonsonate y por sus palmeras y sus lindas y bellas mujeres. Así me gusta, dijo el pájaro carpintero. Pues, yo siempre he sido muy enamorado.