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El artículo de opinión «Sedición en la Universidad Católica», escrito por la activista María Galindo, donde habla de la reunión entre delegados del opositor Luis Fernando Camacho, el entonces candidato presidencial Carlos Mesa, la Iglesia y otros países para decidir que Jeanine Áñez sería la presidenta, fue censurado por un medio boliviano.
Galindo, del colectivo feminista Mujeres Creando, entrevistada por RT, explicó que había tenido una columna semanal por una década en el diario ‘Página 7’ de Bolivia y que, tras ese artículo, había sido censurada y expulsada del mismo.
La también directora de Radio Deseo califica esta decisión como una «afectación contra la libertad de expresión, en un contexto muy delicado» y explica que decidió escribir sobre el encuentro «donde se decidió la sucesión de Áñez» porque «la sociedad boliviana ha sido permanentemente desinformada».
– «Se le ha entregado el cargo» –
La activista afirma que la manipulación mediática ha hecho que Áñez haya sido presentada como «una salvadora de la democracia», cuando en realidad «ha usufructuado, se le ha entregado el cargo en bandeja» y «ha aceptado una serie de condiciones muy graves que afectan la economía del Estado boliviano y las libertades».
Explica que en su columna censurada habla de una reunión de los sectores «más reaccionarios y fascistas», entre los que se encuentra el exlíder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho; el expresidente Jorge Quiroga, a quien considera como «uno de los artífices principales de la transmisión de mando y la salida de Evo Morales».
Sobre el encuentro, al que cataloga de un golpe de Estado en contra de Morales, cuestionó además la participación del representante diplomático de Brasil «en una reunión de alto nivel donde se decide quién va suceder a Morales».
– Pacto roto –
Del mismo modo, Galindo opina que la presidenta de factorompió el «pacto» con el resto de los opositores, al presentarse como candidata presidencial a las venideras elecciones del 3 de mayo.
Considera que es complicado entender cómo la autojuramentada, de ser una persona poco conocida en Bolivia, «esté capitalizando para sí misma este falso proceso de pacificación», en compañía de grupos de terratenientes del este del país y «probablemente» de la Embajada de EE.UU.
La activista considera inconcebible que Áñez sea candidata cuando ella misma nombró al presidente del Tribunal Electoral, «porque incurriría en aquello que se ha criticado a Morales», y que puso «en cuestión» las pasadas elecciones, debido a que la oposición no reconocía a las instituciones bolivianas y las tildaba de poco imparciales.
– ¿Qué pasó? –
Lo expresado en la columna de opinión de Galindo se une a lo publicado por el diario La Razón.
Allí se explica que la presidencia interina de Jeanine Áñez habría sido decidida horas antes de la renuncia del dimitido mandatario por los representantes de los dirigentes opositores, el Comité de Defensa de la Democracia (Conade), conformado por autoridades locales, miembros de los comités cívicos y empresarios opuestos a Morales, representantes universitarios y facilitadores de la Unión Europea y Brasil.
Aunque este no fue el único encuentro, fue el más importante. En él se decidió que la entonces senadora debía ser la presidenta porque estaba en la línea de sucesión y era la salida «más próxima a la Constitución», en opinión de la Iglesia, a pesar de la negativa de Camacho, que quería conformar una junta de Gobierno, según Waldo Albarracín, miembro del Conade.
En otra de las reuniones habrían participado el excandidato presidencial Samuel Doria Medina y representantes del Movimiento al Socialismo (MAS), como la expresidenta del Congreso, Adriana Salvatierra.
Tras las elecciones, que se celebraron el pasado 20 de octubre y donde resultó ganador Morales en primera vuelta, tanto Mesa como Camacho desconocieron el triunfo del MAS y llamaron a sus seguidores a un paro nacional, que devino en hechos de violencia que precipitaron el golpe de Estado.