Carlos Girón S.
Lo que está sucediendo en nuestro país en estos últimos ocho años es la evolución de una revolución pacífica, con cambios dramáticos sin dañar a nadie en particular ni en general. Los gobiernos que iniciaron en el año 2009 han dado vuelta espectacularmente a nuestra Patria, poniéndola de pie cuando los gobiernos anteriores la pusieron de cabeza. La dejaron en bancarrota económica y los renglones básicos de producción en el suelo. Ahora están revitalizados y se tiene un crecimiento económico en ascenso.
Estos gobiernos, particularmente el presente, han implementado programas sociales novedosos destinados fundamentalmente a la población para auspiciar su bienestar. Hoy en día no hay necesidad de importar legumbres ni granos básicos, como ocurrió anteriormente. La entrega de paquetes de semillas mejoradas y abonos a los agricultores ha sido un factor que ha ayudado a ese logro. Los padres de familia no se sienten angustiados al inicio de los años escolares, sabiendo que sus hijos recibirán los paquetes escolares, sus uniformes y calzados, con el vendaje del vaso de leche y más. Esta ayuda alcanza al nivel de bachilleratos, y, de ajuste, al universitario con la exención de pagos para los nuevos estudiantes. Digan si no son cosas nunca antes vistas ni soñadas por nadie, menos por las familias que agradecen de corazón esta ayuda, que es para la economía familiar.
Se ha centrado esta revolución pacífica en tres rubros vitales para un pueblo y una nación: la salud, la educación y la infraestructura. En lo primero, prontamente el gobierno se dedicó a construir el Hospital Nacional de la Mujer, como homenaje a las madres salvadoreñas, obra que era una deuda dejada por los gobiernos arenosos, con el agravante de que los fondos destinados para ello, como donación de afuera, se los robó uno de los presidentes de ese partido, ello como parte de la práctica de los otros, que se robaron también fondos donados por Taiwán y los de Paquito Flores (que Dios lo haya perdonado), aparte de los robos de otra clase de otros gobernantes del mismo color (robo de fertilizantes, de bancos, etc.).
En cuanto al rubro de educación, se emprendieron con fuerza los programas de alfabetización, haciendo que miles y miles de “adultos mayores” abrieran sus ojos a un mundo nuevo. Luego, lo ya mencionado con los programas escolares. Aquí debe apuntarse que, colateralmente, se benefició a miles de zapateros (que casi habían desaparecido), sastres y costureras, agregando a las industrias textiles, que están vendiendo más para abastecer estas demandas.
En infraestructura, durante esta administración se han construido tantos caminos y carreteras como no se había visto antes también, de lo cual se benefician todos los sectores, industriales, comerciales y hasta profesionales. Aquí, cientos de poblados, cantones, caseríos y villorrios han visto nuevas luces con la oportunidad de desplazarse mejor y más rápidamente en el transporte de sus productos agrícolas y artesanales. El sector ganadero sin duda ha mejorado ostensiblemente su condición.
A todo esto ha contribuido la preocupación de mejorar los salarios de los trabajadores, que es un factor para dinamizar la economía, al favorecer la adquisición de los bienes de consumo, principalmente.
En infraestructura debe contarse también con la construcción de centrales generadoras de energía eléctrica –que la bondad del gobierno sirve al pueblo con subsidio, del que seguramente se benefician también las empresas industriales.
Y, miren, no se había visto antes (salvo el caso del coronel Rivera) que el presidente de la República se mezclara con el pueblo e inaugurara siempre nuevos programas de ayuda, además de la celebración de programas como “Gobernando con la Gente”, “El buen vivir”, etc. Allí se le ve compartiendo con la gente del pueblo.
Una cosa singular es la exaltación de la mujer salvadoreña. La presente administración ha trabajado intensamente en beneficio de ellas, fundando, por ejemplo, el Banco de la Mujer, en adición de los nobles proyectos de Ciudad Mujer, que ha extendido a lo largo del territorio nacional.
Aquí no solo se da atención integral en salud a las señoras sino que se les ofrecen planes de capacitación para que conozcan nuevos campos de trabajo para el bien familiar.
Parte de lo revolucionario de estos gobiernos es que, a pesar de los bloqueos de los diputados derechistas y los que no pagan y eluden impuestos, la administración ha salido adelante con sus programas. Eso nadie lo desconoce ni discute.