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Redacción Amigos
Luciendo camisa negra, treat de saco y sombrero, viagra y pedaleando en bicicleta, medical el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona apareció como ya es su costumbre en un imponente escenario, de dos pisos y con más de 20 metros de altura, en el que se proyectó al inicio del concierto una estación de un tren, ambientado con bicicletas antiguas y en el que también destacan valijas, bancos, vías y una cama; todo esto acompañado de un impresionante juego de luces y pantallas gigantes.
Desde muy temprano cientos de salvadoreños se dieron cita al Estadio Jorge “Mágico” González, para disfrutar de cada una de las interpretaciones de este artista considerado uno de los más importantes, prueba de ello son los 13 discos y 20 recopilatorios que ha lanzado durante su carrera artística, mismos que sin duda siguen ubicándose en el gusto de sus fans.
Y es que el jueves pasado por la noche, el público salvadoreño dio prueba de ello, cuando a todo pulmón corearon sus grandes éxitos, iniciando el espectáculo con el tema “A la luna en bicicleta”, “El Problema”, “Acompáñame a estar solo” y “Dime que no”.
“Salvador, buenas noches. ¿Me dan permiso para decirles paisanos?, yo me siento un poquito de acá ustedes lo saben. Lo poco que queda de mi es para todos ustedes” dijo el intérprete, para luego agregar: “Esta va dedicada para todos aquellos que mandan besos por el teléfono, es mejor que se acerquen”, aconsejó, mientras le daba paso a “Besos improvisados”.
Y así fue transcurriendo la velada, Arjona se tomaba su tiempo para interactuar con el público. “¿Se imaginan el trabajo que me costaba darle flores a alguna mujer? Ahora me dan flores! Dijo ante las muestras del público femenino. “Imagínense a este que está aquí ahora, hace algunos años caminando, persiguiendo a una cipota y diciéndole no es ninguna aberración sexual”; palabras que desataron la euforia de los asistentes, pues inmediatamente sonaron los acordes de “Desnuda”.
Más que un concierto, lo que se vivió fue una mezcla de momentos muy introspectivos del cantautor, momentos que compartió con el público, entre ellos cuando habla de lo complejo que es la vida en pareja y de cómo lo que en un momento es una ebullición se convierte en otra cosa. “Esta podría ser la canción de las parejas tristes” dijo cuando llegó el momento de cantar el tema “Cavernícolas”, seguida de “Historias de taxi».
De esta manera, Arjona complacía a sus fans y canciones que le han otorgado reconocimiento a nivel internacional no podían faltar, entre ellos: “Señora de las cuatro décadas”, tema en el que una afortunada mujer del público pudo subir al escenario, sentarse en las piernas del guatemalteco y robarle más de un beso en la boca.
«El amor», «Te conozco”, “Sin daños a terceros”, “Lo poco que tengo”, «Sin ti, sin mí», «Dime que no», «Te quiero «Acompáñame a estar solo» y «Fuiste tú” cerrarían el espectáculo cerca de las 11:30 de la noche “Hermanos muchas gracias, gracias” dijo el cantautor; sin embargo el público no aceptó su despedida pidiendo “otra, otra, otra”. “¿Qué nos faltó cantar?, lo que ustedes digan”, manifestó “El poeta de la canción”, quien canta sus vivencias, quien le hace honor en sus letras al amor, al desamor y a la nostalgia, entre otras cosas.
Y así continuó complaciendo por un tiempo más, con éxitos como “Jesús es verbo no sustantivo”, uno de los primeros en su carrera y que el público salvadoreño conoce con exactitud, de allí el acercamiento que este artista tiene con los salvadoreños. El público simplemente se retiró complacido, fue una noche en la que viajaron junto a Ricardo Arjona para deleitarse y ser parte de un concierto de lujo.
