Colaboración
Desde la adolescencia aprendió el oficio de la imprenta, luego se sumergió en horas de lectura, trabajó con grandes personalidades como la escritora Claudia Lars, desarrolló la habilidad de la narrativa, la poesía y el cuento. Ricardo Castrorrivas, es el poeta autodidacta que creció entre las letras.
Castrorrivas, presentó a finales de mayo del presente año su libro “Juglarse la Vida”, una edición de la Colección Orígenes de la Dirección de Publicaciones e Impresos, por cosas del destino está antología fue editada en la Imprenta Nacional, lugar en el cual Castrorrivas, aprendió el oficio de tipógrafo y linotipista y en el cual comenzó su viaje literario, cuando tenía apenas 15 años.
En este marco, el Café de los Vientos, en coordinación con el espacio cultural de La Casa de los Vientos, ubicados en el Mirador de Los Planes de Renderos, al sur de la capital, realizó un homenaje especial al escritor salvadoreño por su trayectoria literaria.
Roxana Flamenco, responsable del proyecto de La Casa de los Vientos, destacó: “nos queríamos sumar a esta serie de homenajes a la trayectoria de tú narrativa, de tú poesía, con mucha humildad desde este espacio que es de la ciudadanía para todos y todas, y se que “Juglarse la Vida”, es una de tantas producciones tuya de la narrativa y de la poesía”.
Por su parte, el periodista Iván Escobar, organizador de la jornada precisó que “este espacio se ha convertido en este último año, en un lugar en el cual ha transitado la cultura en toda su expresión, hoy queremos que también transite la poesía, que es lo fuerte de nuestro invitado”, apuntó.
El autor de “Juglarse la Vida”, agradeció el homenaje y remarcó: “lo que más me emociona de estos eventos, sobre todo cuando se habla de homenajes, que es en vida, porque si van a pasar los años y hasta después de veinte años de muerto me van a hacer un homenaje, uno muerto ni siente ni agradece”.
Añadió que esta es una oportunidad para reafirmar su compromiso de continuar trabajando en la poesía, en la narrativa y dando valor a las historias propias. “Estoy agradeciendo que en vida se me haga este reconocimiento, porque debido a mi trayectoria, a mi posición ideológica he sido marginado en casi todos los ámbitos, pero más marginado porque yo no soy académico, yo soy autodidacta. Mi formación es primaria, yo no pude pasar de sexto grado, la necesidad me llevó al taller, y el taller para sobrevivir. Afortunadamente fue en la Imprenta Nacional, donde han hecho este libro”, puntualizó Castrorrivas, quien perteneció al taller literario “Piedra y Sol.
Mario Noel Rodríguez, quien escribió el prólogo del libro dijo que “hay críticas muy buenas sobre la obra de Ricardo… A los jóvenes les digo que si bien la académica fortalece en el conocimiento de la historia literaria, en estilos, formas, etc., el escritor se hace jugándose la vida. Y pusimos el caso de Ricardo, que él se las ha tenido que ver con cuestiones de familia, cuestiones de política, con la bohemia, entonces todo eso hace de Ricardo, un creador auténtico”, enfatizó.
Castrorrivas, tiene referentes literarios como: Salarrué, Claudia Lars y Roque Dalton a quienes considera sus “maestros”. Por su posición ideológica de izquierda fue perseguido, exiliado, pero también ha sido un hombre que ha vivido con entusiasmo y alegría la vida, la picardía y el humor no falta en su poesía, la imaginación y la disciplina, asegura que seguirá escribiendo sin olvidar los momentos difíciles de la vida, que le ayudaron a llegar hasta donde se encuentra actualmente.
“Castrorrivas, es una persona de la cual todos aprendemos cada vez que estamos cerca de él, y lo leemos en particular…”, concluyó Escobar.