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RNPN: UNA REFORMA PARA CONCENTRAR PODER Y COBRAR

 Licenciada Norma Guevara de Ramirios

La identificación es el conjunto de rasgos propios de un individuo que los caracteriza frente a los demás, es lo que acredita la identidad de cada persona, su individualidad.

En El Salvador, la entidad que debe recoger y guardar esas identificaciones es el RNPN (Registro Nacional de las Personas Naturales).

Esta institución surgió como producto de uno de los acuerdos de paz firmados entre el FMLN y el gobierno en 1992, se luchó por un único registro, para evitar los fraudes electorales que en el pasado se realizaban con la emisión de cédulas de identidad personal por las alcaldías que,   abusando de su autoridad expedían identificaciones falsas, dobles o triples, o a personas no nacidas en nuestro país.

El registro electoral hasta las elecciones del año 2003, se integraba con los registros de carnet electorales, que tenían como base de su emisión las partidas de nacimiento que emiten los municipios; fue hasta la elección de 2004 que el Documento Único de Identidad (DUI) sirvió como documento para identificarse y para votar, sustituyendo al carnet electoral.

El RNPN, al emitir el primer DUI, permitió obviar la presentación de partidas de nacimiento que la ley le mandaba, corregir esa violación le debe haber costado mucho, para encontrar las partidas y custodiarlas. La autenticidad de la identidad debería ser una de las preocupaciones fundamentales de esta institución.

En 2009, y después de una auditoría realizada por expertos de la OEA, se realizó una reforma legal en la integración de su dirección, la junta directiva de la institución, que permitió integrar a ella la representación de COMURES como gremial de los municipios del país, de los partidos con mayor representación legislativa, del TSE, y de la junta de vigilancia de los partidos políticos.

Otras reformas propuestas desde el FMLN y de su dirección, encontraron siempre el rechazo de las mayorías legislativas, eran propuestas orientadas a mejorar esa misión fundamental, sin dañar el rol que los municipios han tenido a lo largo de la historia para registrar los nacimientos.

Ahora el oficialismo tiene en sus manos un nuevo proyecto de reforma, en el cual se saca de la participación a las representaciones de los partidos políticos; se transfiere la relación  administrativa con el TSE  al ministerio de justicia y se concentra todo el poder en el órgano ejecutivo; además, se dota de mayor autonomía financiera y se establecen tarifas para distintas actividades o tramites que hasta la fecha la ciudadanía las recibía sin pagar por ellas.

Es decir, que el afán de control total, ahora alcanza a la identidad personal, y los distintos trámites que la persona hace desde que nace hasta que fallece.

La desconfianza que el gobierno actual ha sembrado por el manejo discrecional de los asuntos públicos, deja lugar a desconfiar de la seguridad y transparencia con la que en el futuro se manejará la identidad de las personas.

Una muestra es la información incorrecta o falsa como nota publicitaria de la institución en la que asegura que, “por primera vez en la historia, identificamos a 1,003,393 de salvadoreños en el exterior”

Eso no cuadra con los datos del registro electoral de que se tiene conocimiento, pues éste, igual que el registra de personas, son registros públicos.

Las autoridades de esa institución, a juzgar por ese solo hecho, están más preocupadas por la propaganda que por la identidad; al mes de marzo, los datos que el TSE reconoce como DUIS emitidos en el exterior, eran 550,484 y, en ese conjunto, están todos los emitidos desde que se  aprobó la ley para emitirlo en el año 2005, y desde que el RNPN creó los mecanismos para su cumplimiento.

Si el registro único se creó para evitar que personas sin escrúpulos votaran con identificaciones falsas, con esta propaganda mentirosa también se puede pensar que están pensando en inflar el registro de personas con DUI en el extranjero, para que voten. Otra vuelta al pasado de la dictadura militar oligárquica del viejo Partido de Conciliación Nacional (PCN).

Es importante hacer un llamado a nuestros hermanos y hermanas en el exterior a estar vigilantes  frente a la información que reciben, sobre este particular; es bueno que tengan el derecho a  obtener una identificación como salvadoreños auténticos, que el estado cree mecanismos para facilitarles ese derecho y que eviten que los utilicen para cometer fraudes.

Una reforma que quita vigilancia concentra el poder en manos del oficialismo (que establece cobros que antes no existían), está lejos de ser modernización de una importante institución. Los partidos, todos, deberían cobrar conciencia de lo que con esa reforma se arrebata y el peligro que en el futuro representa un manejo arbitrario de quienes buscan la continuidad a toda costa.

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