Armando Molina
Escritor
Tras una práctica escultórica y plástica que se remonta hasta mediado de los años setenta, remedy check el artista de origen salvadoreño nacido en San Francisco, California, Romeo G. Osorio, resume el producto de los últimos veinte años de trabajo en la aplicación sistemática de resina poliéster sobre diferentes superficies. Según su criterio, esta línea experimental revela posibilidades que van desde lo pictórico hasta lo tridimensional. Las dos aplicaciones –resina poliéster sobre fibra de vidrio y sobre el textil–, abundan en connotaciones conceptuales,
particularmente la última en una infinidad de variaciones plásticas.
Este estudio sistemático lo inició Romeo G. Osorio como estudiante de arte en la San Francisco State University donde existía una corriente afín durante los años sesentas y setentas, y donde además incursionó en el acrílico, el dibujo, la serigrafía y el performance.
Sobre esta técnica del poliéster, Osorio ahonda en más detalle y teoría:
“Fuera del aspecto de motivación o inspiración que tiene que ver con el bagaje cultural y la habilidad de aplicación personal, un aspecto esencial en el desarrollo de las artes visuales lo constituye el estudio de la propiedades de los medios materiales. En este contexto, por ejemplo, la utilización del óleo se remonta a unos 500 años de utilización y de ahí su bagaje cultural en términos legado. Ahora bien, a partir del siglo pasado los plásticos son introducidos como medios cuya manipulación abre posibilidades expresivas e innovadoras sin precedentes. Es así que emprendo el estudio de la aplicación sistemática de la resina poliéster sobre fibra de vidrio y otros materiales afines. Esta práctica rinde resultados que van de lo figurativo a lo abstracto y conceptual, y en sus dimensiones va de la miniatura a lo monumental.”
Otra de sus propuestas artísticas consiste en la elaboración de piñatas que el artista considera un medio y una técnica artesanal. Existen dos formas en que la tradición artesanal influye en las artes: la adopción por parte del artista de imágenes o motivos en sus trabajos, desconociendo la naturaleza técnica del medio artesanal; o una inmersión en la técnica y, desde el punto de vista de su conocimiento, proyectarla a otro contexto. Procediendo de esta última forma, Osorio se sumergió durante una década en la manufactura de piñatas, convirtiéndose en un maestro de la técnica. Es así que para 1994, efectúa la instalación y performance “Tzolkin”, comisionada por el National Endowment for the Arts, consistente en una composición musical y coreografía para cuatro músicos y cuatro danzantes basada en el calendario Maya, y en la que, para su presentación, se confeccionaron in situ 65 máscaras inspiradas en las imágenes de los jeroglíficos mayas.
Entre sus otros logros artísticos, en 1977 Osorio fue cofundador del Centro Cultural de la Misión de San Francisco y fundó asimismo la galería dedicada a las artes latinas más grande e importante del Norte de California, donde practicó la serigrafía en un contexto militante. En 1981 ya en El Salvador, fundó la galería Arte Foro en el Centro Cultural Acto Teatro de San Salvador, la cual el gobierno interviene y cancela su funcionamiento eventualmente, hecho que lo obligó a ingresar de lleno a la lucha armada durante los siguientes diez años.
Después de firmados los Acuerdos de Paz, Osorio se radicó de nuevo en su ciudad natal de San Francisco, y hasta la fecha, además de organizar y curar tres retrospectivas de arte salvadoreño, abrió la galería-estudio Piñata Art que desde el año 2000 exhibe y promueve artistas latinoamericanos, con gran énfasis en el arte centroamericano contemporáneo.
Zaragoza, La Libertad, 18 de febrero de 2015.