Silvia Ethel Matus
Poeta, no rx feminista y socióloga
Monseñor Oscar Arnulfo Romero, treatment su vida y su martirio fueron retomados por artistas, rx músicos y poetas. Uno de los poemas más emblemáticos fue el escrito por Monseñor Pedro Casaldáliga sacerdote y además poeta brasileño.
Romero forma parte ya de la cultura artística y popular. Su apasionante figura combina virtudes cristianas como la compasión, la humildad, la fe; pero también valores ciudadanos como la justicia, la libertad, los derechos humanos, la dignidad y la verdad. Romero se convirtió en musa, de muchos poetas.
Salvadoreñas y salvadoreños han escrito númerosos poemas dedicados a Mons. Romero que beatificado el 23 de Mayo por la Iglesia Católica. Poemas que han corrido de mano en mano, en fotocopias, libros, memes de Facebook, popularizando su contenido lleno de emociones, metáforas e imágenes. Recitales y canto a Mons. Romero fueron presentados en Abril y Mayo en el Museo de Antropología y el Teatro Nacional, moviendo sinergias de cantores, cantoras, poetas y bailarinas.
Algunos de estos poetas son personas que le conocieron, le escucharon, le siguieron. Otros no, eran pequeños o jóvenes, otros como Jesús Martínez, que ni siquiera habían nacido pero su figura les inspiró a escribir versos como estos:
OSCAR ROMERO
Oscar,
herido por el tiempo recogiste el pan eucarístico,
el verbo hecho sangre, carne desnuda y lacerada,
el Cristo Crucificado con el Pueblo.
Las campanas de Rutilio resonando en tu cabeza,
Palpitar de cinco siglos agolpados.
“Quizás los asesinos estén escuchando mis palabras”
-dijiste-
“Quiero decirles que los queremos, hermanos asesinos
y rezamos para que se arrepientan de corazón”
Tu voz, aliento de luz, profunda y nutricia
nos entrega el nuevo credo, santo y verdadero,
construir el nuevo cielo, pretendido y esperado,
el reino de Dios en la tierra,
la liberación y redención de nuestro pueblo,
la dignidad humana, la unión fraterna, la libertad.
Entregado al dolor, inmolado,
eres el grano que produce la cosecha,
nos alimenta para dar nuestra sangre y nuestro cuerpo
al sufrimiento y la esperanza,
Para que el amanecer se convierta en la soñada realidad.
Limpio, iluminado, trasfigurado,
tu muerte redentora nos llena de vida
en el amor del Dios hecho hombre
y del hombre alcanzado por la santidad de Dios.
Eres en todos el sacrificio del Cristo colectivo,
eternamente resucitado.
Oscar, ruega por nosotros.
La tiniebla defiende a toda costa
el tobillo de barro de la estatua que soñó Nabucodonosor.
Oscar, danos siempre la esperanza
todavía
nos habita
la sombra.
Otros poemas, como el escrito por Jim Casalbe recrean la historia de represión y terror vivida en nuestro país en la década de los ochentas, durante la guerra y como esta alcanzó a religiosas y religiosos.
ROMERO REQUIEM
-A Monseñor Romero-
Presumimos la risa de los que morimos vivos
pensamos que tu muerte nos dolerá siempre
en el rumor que anda y desanda los vítores
que la justa batalla muestra en lontananza,
Plomos lluevan sobre los malvados cabecillas
como señal de tortura que los borre eternos
que caigan junto a su estirpe de psicópatas
que se pudran con sus envenenadas lenguas,
Por Romero, Grande, las Mariknoll y los Jesuitas
por quienes ofrendaron sus vidas muy temprano
por los que fundaron el difícil sueño de ser libres
y que jamás pensaron que daríamos la guerra,
De pie se quedan los anhelos y corriendo vamos
por las sendas oscuras del secreto guerrero
que nos bendigan las incendiadas luciérnagas
porque en el desarme del esqueleto andamos,
Presumimos que sus voces guiarán los nervios
susurrándonos la gran emboscada del diablo
para que nuestra piel morena sobreviva al fuego
y los nietos del jaguar sepan de otra historia
Que sus oraciones surquen los buenos caminos
y nunca nos extraviemos en el laberinto patrio
porque nos vienen jornadas que serán muy largas
y el temor a dormirnos nos mantenga en alerta,
Que su ejemplo nos levante cuando decaigamos
al sentir que las traiciones nos cercenen la idea
y que siempre estemos tres o un millón unidos
alrededor de lo que dicten sus buenos pasos.
Romero también es esperanza para los perseguidos, estigmatizados, asesinados de hoy así lo manifiesta la poeta Silvia Matus, retomando cantos de la Misa popular (salvadoreña) y la misa campesina (nicaragüense).
DOMINGO EN CATEDRAL
Domingo en catedral
quietud de catacumbas
lienzos de fe
confortando el agobio.
Y Romero al centro
sotana llena de codornices
cubre amorosa
rebeldes
dolientes
creyentes
descreídos.
“Vamos todos al banquete,
al banquete
de la creación”.
Putas y tullidos
sordos y sidosos
maricas y lesbianas.
“Cada cual con su taburete
a su cosecha de amor
vamos a la milpa del señor.
Romero fue “La voz de los sin voz”, pero para el poeta Pedro Valle, Romero es semejante a un árbol:
“ARBOLROMERO”
Palabra eterna
ramaje
de una voz
en el follaje
del pueblo
con tu estatura
nadie podrá
así venga
la noche
de los tiranos
fruto maduro
de un país
que nace
en la memoria
Cada marzo
tu sangre
es semilla
en la tierra
del pecho
Bajo tu sombra
sólo el fuego
y la denuncia
del poeta.
Romero encarnó la profecía, según el poeta José Roberto Ramírez.
PROFECIA
“Tu voz surgirá del clamor
de la pulsante pobreza e injusticia
y se hará pueblo verdadero
donde nada es todo
y la miseria deambula en silencio
Se hará pueblo…
¡Pueblo miles de veces y voces!
Piedra aguda y lacerante
en el zapato solemne de la oligarquía…
Y los enemigos cobardes y temerosos
planificaran eliminarte…
La “operación piña”
del Mayor y sus asesinos
acechará sigilosa
Pero…
el odio no será suficiente
Ni el flamante fusil
Ni el experto tirador
Ni la bala exacta
Ni el cáliz de tu pecho
Ni la muerte consumada…
¡Y es cuando más vida te darán!
Tu canto se hará proverbial…
Pólvora y esperanza
Montaña y tiempo
Puño alzado y versos
Y los enemigos cobardes y temerosos
jamás imaginaran
que tus palabras fueran el aguijón eterno
clavado en los tuétanos
de sus podridos huesos
Tu partida Tu ausencia Tu muerte
le dolerá al pueblo que siempre te amará
Pero a pesar de los pesares
la partida la ausencia la muerte
será tu mejor
e inmortal homilía…”
Arnulfo voz…
Pueblo
Dedo en la llaga
Arnulfo esperanza
Llanto
Consuelo
Arnulfo resurrección…
¡Tú que supiste más que nadie de esta profecía
fuiste fiel y puntual
a su cumplimiento…!
Romero: denostado por unos, querido por otros será entre otras cosas inspiración de bardos, de poetas, hasta donde alcance la memoria. Así lo expresa la poeta Carmen González Huguet
PASTOR DE PENAS SIN CUENTO
Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño
Monseñor Romero
¿A dónde te marchaste,
Pastor de la palabra esperanzada,
que al cielo levantaste
tu sangre derramada
como víctima pura e inmaculada?
¿Por qué fue tu destino
ser pastor de tu grey y ser cordero
y ser vida y camino,
y rumbo y derrotero para todo creyente verdadero?
Tu voz prestaba al llanto
su palabra más ancha y palpitante
y en tu pecho el quebranto
de tu pueblo, quemante,
se alzaba en resplandores de diamante.
Nada pudo callarte.
Nada, ni los designios del dinero,
ni el odio amedrentarte,
ni torcer el venero
de tu amor desbordante y verdadero.
Pues ni siquiera muerto
se perdió tu palabra estremecida,
sino que, más despierto
por tu muerte dolida,
se siente el pueblo que jamás te olvida.
Siervo fiel y amoroso,
te adelantaste presto en el camino,
por donde doloroso
te sigue el peregrino
pueblo que va buscando su destino.
No nos dejes ahora,
que nos falta tu voz y tu presencia
para apurar la hora
más cruel de la inclemencia
y nos pesa la sombra de tu ausencia.
Te fuiste y te quedaste
con nosotros viviendo, renacido,
y tal como afirmaste,
ninguno ha conseguido
sepultar tu figura en el olvido.