Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Pese al bullicio de las ventas ambulantes, el polvo que cae de las construcciones de los alrededores y el calor que agobia a los transeúntes que cruzan a diario el Centro Histórico de San Salvador, en la cripta de Catedral Metropolitana el silencio da la bienvenida a los que a diario la visitan en busca del Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Romero, quien fue asesinado por un subsargento de la Sección II de la Guardia Nacional y miembro del equipo de seguridad del expresidente de la República coronel Arturo Armando Molina, el 24 de marzo de 1980, cuando oficiaba una misa en el Hospitalito de la Divina providencia, será canonizado en octubre y será oficialmente Santo.
En la cripta entre el profuso color de las flores y la luz tenue de velas, las peticiones a San Romero se materializan en largas oraciones o simplemente en testimonios de agradecimiento por la intercesión del Santo ante Dios.
Mujeres, hombres y jóvenes, bajan a diario las gradas que los llevan a la cripta por diferentes razones, pero todos
comparten y añoran vivir en un país en paz y dignamente, como lo predicaba en sus homilías Monseñor.
De figura menuda y tez morena, María Elena Morales llegó con dos ramos de flores blancas y amarillas bajo el brazo. Ha llegado por dos peticiones ante Monseñor Romero.
La mujer, quien permaneció de rodillas y con mucha fe, oró en voz baja, al finalizar encendió una vela por sus peticiones, confiada en que sus oraciones serán escuchadas.
“Monseñor Romero ya es santo para mí… Él dijo una vez que no quería represión para el pueblo… y por eso mucha gente cree otras cosas, pero realmente seguía el Evangelio, como Jesús que vivió para los pobres. Es cierto, hay gente que lo rechaza diciendo cosas malas de él… hasta los mismos católicos, pero allá cada quien. Lo que ha hecho el Papa (canonización) me llena de mucha alegría, y para los que
creemos en él”, expresó.
Los visitantes de la cripta se encuentran con una lápida que cubre los restos mortales del Obispo Mártir, esta obra es del ingeniero italiano Paolo Borghi, quien se inspiró en los cuatro evangelistas: Marcos, Mateo, Lucas y Juan.
Mauricio Romero no oculta sus lágrimas cuando está frente a la tumba, agradece que su madre fuera dada de alta, luego de ser intervenida en el hospital Rosales, y que por su diabetes perdió uno de sus dedos.
“Vine desesperado junto a mi sobrina a pedir la intercesión de Monseñor Romero, que intercediera ante Dios, porque estaba delicada, tenía la presión alta y los médicos me dijeron que podía complicarse.
Yo recurro a él, porque mi abuela y mi madre son fieles seguidoras desde lo que yo recuerdo”, comentó.
Y recuerda que le iban a poner el nombre de Oscar Arnulfo, pero en aquellos tiempos eran duros, difíciles y tuvieron miedo que algo les pasara por llevar su nombre.
“En lo personal, me hubiera gustado llamarme así, porque Monseñor es un modelo de hombre humilde, sencillo y lleno de mucha tolerancia”, comentó Mauricio.
Otro de los feligreses, Antonio Ángel, dijo “debemos dar las gracias y luego podemos pedir”.
A través de los años este humilde hombre decidió, a título personal, memorizar 20 fragmentos de las homilías de Monseñor Romero, pronunciadas desde 1977 hasta su asesinato el 24 de marzo de 1980, a las que llamó “palabras inspiradas por Dios”, que impactaron su vida, en un momento difícil de país.
“He decidido dar a conocer la vida de este hombre santo, que es Monseñor Romero, en medios de comunicación más que todo en radios o también en las reuniones con jóvenes, para que lo conozcan, para que entiendan su mensaje evangelista que era evitar la violencia y la guerra. Nunca fue egoísta con nadie, pero no le hicieron caso, y
luego se vino el conflicto armado. Ahora los jóvenes tienen que saber y la gente mayor recordar que Monseñor Romero siempre buscó la paz y la protección de los pobres”, enfatizó Ángel.
Romero también es un referente mundial, los turistas que llegan al país piden que los lleven a visitar la cripta. El guía Marco Tulio Orellana, operador turístico, se encarga de esto y realiza visitas al Centro Histórico de San Salvador, con turistas que hacen escala en el Aeropuerto Internacional “Monseñor Oscar Arnulfo Romero”.
Según él, la idea principal es que la gente conozca al país y a San Romero.
Por su parte, Martín Villalba de nacionalidad ecuatoriana, señaló que es una oportunidad única, conocer más sobre Monseñor Romero, del que opinó, era el “hombre trascendental en la historia de El Salvador”.
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