Amir Leiva
@DiarioCoLatino
Representantes de diferentes iglesias cristianas, feligreses y devotos del beato Óscar Arnulfo Romero, se dieron cita en la Comunidad de Sant´Egidio para elevar una oración Ecuménica en memoria del segundo aniversario de la beatificación del obispo y mártir salvadoreño.
En un acto solemne, lleno de fervor y reverencia, el legado y la beatificación de Monseñor Romero trascendió a las diferentes iglesias cristianas. “Monseñor Romero es el ejemplo de un pastor bueno que se quedó con su pueblo hasta derramar su sangre. Romero comprometió su vida a tal punto que para él ya era imposible escapar del martirio por fidelidad a Dios y a su pueblo”, afirmó Jorge Aguilar, sacerdote católico responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en San Salvador.
El obispo de la iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador, David Alvarado, comenta que para los anglicanos no ha sido difícil reconocer la santidad del beato Monseñor Romero, por lo que lo eleva a las alturas y reconoce su legado. “Nos alegra estar celebrando el segundo año de su beatificación y rogamos a Dios para que un día pueda ser canonizado”, afirmó. “Además sabemos que Romero no es solamente de la iglesia católica romana, sino, que es de todo el mundo y este es un don que Dios ha dado para este país”, apuntó. El evento, que también fue una oración por los mártires de la iglesia, estuvo cargado de muchas emociones a pesar de lo discreto y sencillo en decoración. Fátima Gallardo, feligrés perteneciente a la iglesia luterana, piensa que ser mártir es el máximo galardón que el Señor pudo darle a Romero. “Le dio el don precioso de entregar su vida por su pueblo. Y todavía es más admirable porque Dios le permitió hacerlo en el momento más sagrado de su prédica, cuando él levantaba el cuerpo de Cristo” comentó. También, considera importante esta conmemoración ya que acerca el legado histórico del beato a los jóvenes de hoy.
“Hay mucho que hacer. Hay una violencia y desigualdad terrible y eso lo quiso evitar Romero con su discurso, el cual sigue vigente. Debemos trabajar para que ese amor, entrega y pasión con la que él vivió esté siempre con nosotros” dijo. A esto, puede agregarse la afirmación de Aguilar que aseguró que “por eso Romero es el santo de una nueva pasión de amor que nos involucra a todos, que nos interpela, que nos quiere hacer intervenir a cada uno de nosotros”.
El objetivo, según Aguilar, es recordar juntos a Romero en el segundo aniversario de su beatificación y, junto a él, también hacer memoria de tantos que han dado su vida por el Evangelio; y, una memoria particular, por aquellos que todavía hoy en tantas partes del mundo sufren la persecución y el odio, pues son mártires contemporáneos y están en el corazón de la iglesia, la cual, según el Papa Francisco, es una iglesia de mártires. El llamado sería a que el pueblo salvadoreño lleve como legado el trabajo de Monseñor Romero. “Para nosotros como religiosos es importante ver el tipo de pastoral que llevaba. Él era un pastor y nosotros queremos ser como él”, sostuvo Arévalo. Sin embargo, representantes de la Iglesia coinciden en evitar el peligro de poner a Romero en el altar para alejarlo de su gente.