Óscar Nájera,
Poeta
Búscame entre los rostros perdidos, entre aquellos que has olvidado.
Soy el que un día dejó madre, padre y tierra buscando el norte, el sur, un horizonte nuevo, el que cruzó el continente y trabaja, suspira y te extraña.
Soy uno de los que llorando cruzaron líneas, desiertos, mares; con el corazón roto, cual si le arrancaran lo que más amaba desde sus entrañas.
Búscame en aquellos viejos recuerdos, en los garabatos de los cuadernos, los gritos de las tardes de fútbol de un partido callejero, en el pleito después de clases, búscame ayudando a los que necesitaban, dando de comer al damnificado, ayudando al soldado y al guerrillero que asustado por las balas desertaba y quería volver a su casa, a los brazos de su madre.
Búscame en esos recuerdos de infancia, de juventud…
Búscame en el olor a tierra mojada, entre los gritos que el viento se llevó, aquellas risas de las cipotas y cipotes que jugaban arranca cebolla, ladrón librado o jugando de mamá y papá haciendo comida de lodo.
Búscame en el llanto de los abuelos que no conocieron a sus nietos, en el llanto de las madres que nunca recibieron los restos de los hijos que murieron al cruzar la frontera, en la tristeza de la niña y el niño que jamás volvieron a recibir una caricia de sus padres.
Búscame en el dolor del indocumentado que llora la muerte de su madre o padre y no puede llegar a tirar un puñado de tierra sobre el ataúd del que nunca volverá.
Búscame entre los rostros perdidos de un altar, del altar de mi tierra en tu corazón.