Por Patrice Novotny
Londres/AFP
La justicia internacional condenó a Rusia a pagar una indemnización récord de 50.000 millones de dólares a los accionistas de la antigua petrolera Yukos por haberles expropiado, diagnosis sales un nuevo revés para Moscú, hospital ya sujeto a sanciones por el conflicto ucraniano.
La Corte Permanente de Arbitraje de La Haya juzgó el 18 de julio que Rusia forzó a Yukos a la bancarrota y vendió sus activos a empresas estatales por «motivos políticos», declaró el lunes en Londres Tim Osborne, director de GML, antiguo accionista mayoritario.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, señaló poco antes de que se diera a conocer el veredicto que su país «utilizará todas las opciones jurídicas» para defenderse, pese a que según los demandantes éste es inapelable.
La decisión judicial coincide con un periodo tenso para Rusia, objeto de crecientes sanciones de Europa y Estados Unidos por su implicación en el conflicto que enfrenta a Kiev con los separatistas prorrusos del este del país.
Yukos, antiguo número uno del petróleo en Rusia, fue desmantelado hace diez años bajo acusaciones de fraude fiscal en un caso que muchos vieron como un intento del Kremlin de frenar las aspiraciones políticas de su fundador, Mijail Jodorkovski.
La Corte Permanente de Arbitraje confirmó que el principal objetivo era «precipitar la bancarrota de Yukos para beneficio del Estado vía (la petrolera estatal) Rosneft», dijo Osborne.
Rosneft, que adquirió la mayoría de los activos de Yukos, aseguró el lunes que todas las operaciones fueron «completamente legales y de acuerdo a la legislación en vigor».
Dos de las filiales de GML, basado en Gibraltar, y un fondo de pensiones de los antiguos empleados de Yukos están detrás de la demanda introducida en 2005 ante la corte de La Haya.
«Un caso de saqueo descarado», según Jodorkovski
GML había pertenecido a Jodorkovski, encarcelado durante una década e indultado inesperadamente el 20 de diciembre pasado por el presidente ruso Vladimir Putin.
«Desde el principio hasta el final, el caso Yukos constituyó un caso ejemplar de saqueo descarado de una empresa brillante por parte de una mafia vinculada al Estado», reaccionó en su página web el antiguo magnate y opositor, recordando que se mantiene al margen de los juicios sobre Yukos y que, personalmente, no se beneficia de la sentencia.
Jodorkovski cedió sus activos de GML en 2005 a su antiguo socio Leonid Nevzlin, quien en la radio Ecos de Moscú dijo este lunes que la sentencia «no es el final, sino una primera etapa importante».
Los demandantes reclamaban una compensación de 100.000 millones de dólares, cuatro veces el total de sus inversiones en Yukos, teniendo en cuenta lo que valdrían actualmente sus acciones, más los intereses.
Su abogado, Emmanuel Gaillard, aseguró que se trata de una decisión «histórica» y que el monto de la indemnización es 20 veces superior a la multa más elevada impuesta hasta ahora por la Corte Permanente de Arbitraje.
Los demandantes se apoyaron en el Tratado de la Carta de la Energía (TCE), que protege a los inversores en sus proyectos energéticos.
Según varios expertos, será difícil para Moscú rehuir la decisión del tribunal.
«Será aplicada, ya sea con o sin el acuerdo de Rusia. Sus haberes en el extranjero pueden ser confiscados», advirtió el jurista Konstantin Lukoianov, citado por la agencia rusa Itar-Tass.
«Si Rusia rechaza ejecutar el veredicto de la corte, los países que reconocen su arbitraje pueden recuperar los bienes rusos que no se hallan protegidos por una inmunidad», coincidió Victor Gerbutov, que dirige el gabinete de consultoría en arbitraje internacional Noerr.