Por Karim Talbi
Moscú/AFP
Rusia levantó este lunes la prohibición de entregar sus misiles S-300 a Irán, capsule al considerar que el acuerdo marco que firmaron en Lausana las grandes potencias y Teherán le permite tomar esa decisión sin esperar al fin de las sanciones contra el régimen iraní.
Tras el anuncio, el Pentágono expresó su preocupación.
«Nuestra oposición a estas ventas es pública y de larga data. Creemos que no ayuda», dijo el portavoz del Pentágono, coronel Steve Warren.
Israel, uno de los mayores opositores a un acuerdo sobre el controvertido programa nuclear iraní, tampoco tardó en reaccionar a la medida anunciada por el Kremlin, opinando que se trata del «resultado directo de la legitimidad concedida a Irán» con la negociación en curso.
Es «la prueba de que el crecimiento económico posterior al levantamiento de las sanciones será explotado por Irán para armarse», añadió el ministro de Inteligencia, Yuval Steinitz, en un comunicado.
Para Irán, la decisión de Rusia contribuye a que «haya estabilidad y una seguridad duradera en la región», dijo el ministro de Defensa, Hosein Dehghan.
El pasado 2 de abril, Irán y el grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) firmaron en Lausana un acuerdo marco sobre el programa nuclear iraní, tras meses de negociaciones.
Ahora tienen hasta finales de junio para solucionar los aspectos técnicos y jurídicos de ese pacto y firmar un documento definitivo.
El texto provisional impone un mayor control de las instalaciones nucleares iraníes para evitar que el país se dote del arma atómica. A cambio, Teherán exige el levantamiento de las sanciones económicas que asfixian su economía.
El expresidente Dimitri Medvedev había prohibido en 2010 la entrega de misiles S-300 a la República Islámica, aplicando así una resolución de la ONU para sancionar a Teherán por su programa nuclear.
Moscú y Teherán habían firmado en 2007 un contrato de 800 millones de dólares para la entrega de ese armamento capaz de alcanzar en vuelo a aviones o misiles.
Tras la prohibición de 2010, Irán llevó el caso ante la Corte Internacional de Arbitraje en Ginebra (Suiza) para reclamar a Moscú 4.000 millones de dólares como indemnización.
Acercamiento Rusia-Irán
Según el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, la prohibición de entregar misiles S-300 a Irán no estaba vinculada con la resolución de la ONU, sino a la voluntad de Moscú de hacer todo lo posible por «estimular el proceso de negociaciones» sobre el programa nuclear iraní.
Por tanto, al no haber relación con el embargo decidido por Naciones Unidas, Rusia no tiene por qué esperar a que el Consejo de Seguridad levante las sanciones impuestas a Teherán, aseguró Lavrov.
En realidad, el entonces presidente ruso, Dimitri Medvedev, firmó un decreto presidencial el 22 de septiembre de 2010 «sobre las medidas necesarias para aplicar la resolución 1929» de la ONU, que preveía la prohibición de vender los misiles S-300 a Irán.
Lavrov recordó, asimismo, que esos misiles «tienen un carácter estrictamente defensivo» y que no «constituyen ninguna amenaza para los Estados de la región, incluida, por supuesto, Israel».
El anuncio del Kremlin llega tras meses de conversaciones entre Moscú y Teherán.
A principios de año, Rusia e Irán firmaron un protocolo de acuerdo para reforzar la «cooperación militar bilateral», durante la visita del ministro ruso de Defensa, Serguei Choigu a la capital iraní.
Moscú propuso entonces la entrega de Antei-2500, una nueva versión de los misiles S-300.
Irán y Rusia se han visto afectados por sanciones económicas de Estados Unidos y países europeos: Teherán, por culpa de su programa nuclear, y Rusia, por su implicación en el conflicto ucraniano.
Ambos países, que han reforzado su cooperación en el ámbito económico en los últimos años, son los principales apoyos del gobierno sirio de Bashar al Asad.
Pero sus relaciones se han visto perjudicadas desde el inicio de la crisis diplomática internacional en torno al controvertido programa nuclear iraní.