Moscú / AFP
Contra viento y marea y pese a las sanciones anunciadas por Estados Unidos, Moscú reafirmó el miércoles su deseo de seguir adelante y concluir la construcción del gasoducto Nord Stream 2 hacia Europa, un proyecto que está en el centro de una batalla económica y política.
«Nuestra idea es finalizar el proyecto», dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, un día después de que el Congreso de Estados Unidos aprobara sanciones contra las empresas que trabajan en el gasoducto submarino, que unirá Rusia con Alemania y está previsto que entre en funcionamiento a finales de este año o inicios de 2020.
Las sanciones, aprobadas ya por la Cámara de representantes y el Senado, deben ser firmadas ahora por el presidente Donald Trump y pretenden detener las futuras construcciones de este gasoducto valorado en unos 10.600 millones de dólares.
El gasoducto submarino, construido ya en un 80%, permitirá duplicar las entregas directas de gas natural ruso hacia Europa occidental, vía Alemania, principal beneficiaria del proyecto. Tiene una capacidad de 55.000 millones de m3 por año, igual que su «hermano mayor», Nord Stream 1.
Estados Unidos y algunos países europeos, como Ucrania, Polonia y los Bálticos, consideran que el gasoducto aumentará la dependencia de los europeos del gas ruso, algo que Moscú podría utilizar para ejercer presiones políticas.
Además, sus detractores alegan que Nord Stream 2 perjudica los intereses de Ucrania –aliada de Occidente–, que obtiene importantes ingresos del tránsito de gas ruso hacia Europa. Este país es escenario de una sangriento conflicto con los separatistas prorrusos.
– Violación del derecho internacional –
Las sanciones de Washington «no son del agrado de Moscú ni de las capitales europeas. No gustan a Berlín ni a París», dijo Dmitri Peskov, denunciando una «violación clara del derecho internacional», y un «ejemplo perfecto de competencia desleal».
Tras la adopción del texto, la semana pasada, por la Cámara de representantes, la Unión Europea y Berlín denunciaron unas sanciones contra empresas que ejercen una actividad legítima y que suponen una injerencia de Estados Unidos en la política energética europea
Las sanciones incluyen congelación de haberes y revocación de visados estadounidenses para los empresarios vinculados con el gasoducto.
El departamento de Estado norteamericano comunicará en 60 días, tras la promulgación, los nombres de las empresas y personas que participaron en la construcción del gasoducto.
Uno de los principales blancos de las sanciones es Allseas, una empresa suiza propietaria del mayor navío del mundo para colocar conductos, el «Pioneering Spirit», contratado por el grupo ruso Gazprom para construir la sección offshore.
El gasoducto está financiado por el gigante ruso Gazprom y por cinco sociedades europeas (OMV, Wintershall Dea, Engie, Uniper y Shell).
Desde el principio, el proyecto Nord Stream se ha enfrentado a varios obstáculos. Obtuvo en octubre, a última hora, luz verde de Dinamarca para atravesar sus aguas, lo que podría retrasar su puesta en servicio.
Las nuevas normas de la UE, que exigen la separación de actividades de producción y distribución, también constituyen otro obstáculo para el proyecto.