Por Karim Talbi/Moscú/AFP/PL
Rusia rechazó el jueves las acusaciones occidentales y de la oposición siria de que no bombardeó objetivos del Estado Islámico (EI) en su primer ataque aéreo en territorio sirio ocurrido en la víspera.
El ministro ruso de Exteriores, healing Serguei Lavrov, order asegura haber dicho a su homólogo estadounidense, John Kerry, «con total honestidad», que Rusia intervenía, a petición de la presidencia siria, para combatir «exclusivamente al Estado Islámico y los otros grupos terroristas».
Estados Unidos y Rusia se pusieron de acuerdo para reunirse de urgencia después de que los aviones de combate rusos Su-24 y Su-25 comenzaran a operar en el cielo sirio.
El objetivo de la reunión es concretar un mínimo de coordinación y de diálogo para evitar incidentes entre aviones de caza en un cielo sirio casi embotellado.
En el espacio aéreo sirio incursionan la aviación de los países de la coalición dirigida por Estados Unidos, los aparatos sirios y, ahora, los aviones de ataque rusos, desplegados desde septiembre en una base construida en el aeropuerto de Latakia, bastión del presidente Bashar al Asad en el noroeste de Siria.
Al término de su tercera entrevista en pocos días con Kerry en Nueva York, Lavrov desestimó las dudas y acusaciones del Pentágono, de la diplomacia francesa y del jefe de la oposición siria en el exilio, Jaled Joja, que afirmaron que los aviones rusos no habían atacado a los yihadistas del Estado Islámico.
«Los rumores de que el blanco de estos ataques no era el EI carecen de todo fundamento», declaró Lavrov, que añadió que no tenía «ninguna información» sobre posibles víctimas civiles.
La aviación rusa «se esfuerza en proceder a bombardeos precisos», agregó Lavrov.
La aviación militar rusa ejecutó hoy más de 20 vuelos ofensivos contra ocho emplazamientos del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en territorio sirio, destruyendo depósitos de municiones, armas, combustible, y equipos militares, cumpliendo con la estrategia de adelantarse a los «terroristas» y destruir sus posiciones en Siria antes de que vengan a Rusia, afirmó en la víspera el ministerio ruso de Defensa.
Lavrov pidió por su lado a Kerry que le entregue las «pruebas» de que los aviones rusos no atacaron al EI.
Pero, inevitablemente, rusos y occidentales tienen puntos de vista diferentes sobre los «terroristas» que hay que destruir.
Los europeos, los árabes y los estadounidenses establecen una diferencia entre el Estado Islámico y el Frente Al Nosra, rama de Al Qaida en Siria, y los rebeldes moderados, que cuentan con el apoyo de la coalición liderada por Estados Unidos.
En cambio, para Rusia, cualquier opositor que haya tomados las armas contra Bashar al Asad es un «terrorista».
El secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter consideró que los rusos «probablemente no» apuntaban a los yihadistas del EI y estimó que la iniciativa rusa acabaría mal si se fijaba como único objetivo la defensa del régimen sirio.
Hay «indicios de que los ataques rusos no fueron contra Daesh», acrónimo árabe del EI, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius. «Habría que verificar cuáles eran los objetivos» de los aviones rusos.
Más conciliador, Kerry declaró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Washington está dispuesto a «acoger favorablemente» el empleo de la fuerza aérea rusa con la condición de que sea contra el EI y Al Qaida.
La televisión oficial siria confirmó que hubo bombardeos en las provincias de Hama (noroeste) y Homs (centro).
Mientras, unidades del ejército sirio realizaron operaciones militares en la ciudad de Alepo, a unos 350 kilómetros al noreste de esta capital, donde fueron destruidas líneas de suministros empleadas por bandas armadas del EI, el Frente al-Nusra, y el autoproclamado Ejército de la Conquista.
También se reportaron enfrentamientos en la provincia de Hama, a 209 kilómetros al noreste de aquí, entre militares y grupos del Frente al-Nusra, quienes sufrieron considerables pérdidas en las zonas de Keferzeita y Zakah, de acuerdo con informes oficiales.