Moscú / Prensa Latina
Antonio Rondón García
El canciller ruso, Serguei Lavrov, rechazó el bloqueo estadounidense y reafirmó la hermanad de su país con Cuba, poco antes de iniciar en esa nación caribeña la gira latinoamericana que también incluye a México y Venezuela.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores ofreció una entrevista exclusiva a Prensa Latina, en vísperas de su viaje a las referidas naciones que presentamos a continuación.
P: ¿Cuál es su opinión sobre las nuevas medidas punitivas que aplica Estados Unidos para fortalecer el bloqueo de casi 60 años contra Cuba?
Vemos que los intentos de Estados Unidos de subordinar a América Latina a sus intereses geopolíticos están dirigidos a derrocar a los ‘gobiernos incómodos’ en Cuba, Venezuela y Nicaragua, para lo cual se toma como base ideológica a la arcaica ‘Doctrina Monroe’.
En vísperas de las elecciones presidenciales, la Casa Blanca refuerza la presión mediante sanciones contra aquellos gobiernos que mantienen su independencia nacional, su soberanía e identidad.
Esa línea, que tiene un claro carácter antihumano, contradice las normas reconocidas del derecho internacional, incluida la Carta de la ONU.
La mayoría de la comunidad internacional rechaza y condena el levantamiento de la moratoria para activar el III capítulo de la Ley Helms-Burton y la suspensión por Estados Unidos de los vuelos chárter y regulares a todos los aeropuertos de Cuba, excepto el de su capital.
Igual ocurre con las restricciones de Washington contra compañías de transporte que trabajan con la isla, las numerosas limitaciones financieras y de visado, así como la campaña contra los médicos cubanos.
La votación del 7 de noviembre pasado a favor de la resolución contra el bloqueo norteamericano impuesto a Cuba es una clara demostración del rechazo a esa política.
Repito, las sanciones aplicadas por Washington contra Cuba demuestran que en el afán por estrangular la economía de la isla, Estados Unidos conscientemente viola los derechos humanos, pues en ese caso los perjudicados son los ciudadanos comunes.
Consideramos la aplicación de todas las nuevas restricciones como una expresión de impotencia de Washington para romper la voluntad del pueblo cubano, al tratar de imponer su punto de vista y valores.
Estamos categóricamente en contra de esos pasos y expresamos nuestra solidaridad con nuestros amigos cubanos.
Insistimos en la eliminación total del bloqueo económico y financiero de Estados Unidos para garantizar un desarrollo socioeconómico completo del país y la puesta en práctica del principio de igualdad de soberanía entre los estados y las garantías y derechos de los ciudadanos cubanos.
P: Cuba y Rusia celebran este año el 60 aniversario del restablecimiento de sus relaciones diplomáticas. ¿Qué puede decirnos sobre la situación actual de la cooperación política, económica y cultural entre ambos países en vísperas de esa fecha histórica?
Este 8 de mayo nosotros celebramos 60 años del restablecimiento de nexos diplomáticos. Se trata de una fecha importante y durante ese periodo alcanzamos logros considerables.
Ahora Cuba es un socio prioritario de Rusia en la región de América Latina y en la cuenca del Caribe.
Nuestra cooperación multifacética se basa en fuertes tradiciones de amistad y cooperación, en la coincidencia objetiva de nuestros intereses y se orienta a construir un futuro mejor.
El objetivo común del refuerzo de la asociación estratégica ruso-cubana se confirma con los contactos regulares al más alto nivel.
La historia de las relaciones bilaterales está indisolublemente relacionada con el nombre de Fidel Castro, inspirador y creador de la Revolución cubana, verdadero líder del inquebrantable y firme pueblo cubano.
Esa personalidad, sin exageración, tiene un carácter universal. Nosotros escogimos con toda intención este recorrido para rendir tributo al Comandante y visitar el cementerio de Santa Ifigenia, donde descansan los restos de otros luchadores por la libertad de Cuba.
Para mí, eso tiene un significado importante, pues para muchas generaciones de rusos Fidel se mantiene como un ejemplo de una verdadera dedicación a la Patria y a su pueblo.
Además, resulta simbólico el hecho de que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, visite Rusia para participar en los actos solemnes por el 75 aniversario de la derrota del fascismo. Vemos en ello una confirmación más de los lazos de hermandad entre nuestros pueblos.
Nuestra cooperación práctica bilateral posee un carácter multisectorial.
Junto a los amigos cubanos continuamos con la construcción de un modelo de colaboración mutuamente ventajosa a largo plazo, con independencia de la coyuntura internacional y orientada a garantizar la seguridad energética y alimentaria de Cuba, entre otros aspectos.
Valoramos el hecho de que la dirección cubana le otorgue un papel crucial a Rusia en la modernización de la economía nacional y en la actualización del modelo de desarrollo socioeconómico del país.
Tal condición se confirmó durante la realización en septiembre de 2019, en Moscú, de la XVII sesión de la Comisión intergubernamental bilateral.
Trabajamos en la materialización de grandes proyectos en la energía y la metalurgia, la infraestructura del transporte, la esfera del desarrollo de las tecnologías cósmicas, de las comunicaciones y la informática, la farmacéutica y la biotecnología.
Realizamos suministros de técnica ferroviaria y vial, así como creamos la correspondiente base de mantenimiento.
Nosotros ampliamos los lazos humanitario-culturales, incluidos los intercambios docentes. Rusia tiene participación activa en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en festivales de teatro y de cine.
De forma alternativa, cada año se celebran en Moscú y la Habana semanas de cine de Cuba y de Rusia.
A Rusia llegan, anualmente, 100 estudiantes cubanos, quienes también estudian el idioma y la literatura rusa.
En la Universidad de La Habana funciona el Centro de Enseñanza de idioma ruso ‘Instituto A.S. Pushkin’, mientras que esa lengua se imparte de forma facultativa en dos escuelas de la capital cubana.
Nosotros celebramos de conjunto el 500 aniversario de La Habana, donde se realizaron con éxito los ‘Días de San Petersburgo’. La cúpula dorada, restaurada por especialistas rusos, vuelve a brillar en todo su esplendor.
Rusia y Cuba ponen en práctica una estrecha coordinación en materia de política exterior, basada en principios inviolables del derecho internacional, incluida la igualdad soberana de los estados y la no injerencia en los asuntos internos.
El futuro de las relaciones cubano-rusas, que tienen para nosotros un gran valor, lo vemos con optimismo. Sabemos que nuestros amigos tienen la misma percepción.
P: Rusia concede especial atención al desarrollo de los procesos de integración en América Latina. Sin embargo, en los últimos tiempos se observa una tendencia para limitar e incluso eliminar la actividad de organizaciones regionales como el caso de Unasur. ¿Cuáles son sus consideraciones al respecto?
Estoy de acuerdo de que los procesos de integración en América Latina no viven sus mejores momentos. Es claro un determinado ‘desbalance’ de la construcción de la integración regional que tiene lugar con la ayuda de fuerzas externas.
Ello está relacionado con la Unasur, de la cual salieron varios países para unirse a otra entidad alternativa, el Foro para el Progreso de América Latina (Prosur).
Pero somos partidarios de que los suramericanos deben resolver ellos mismos la fórmula más confortable para la colaboración regional.
De nuestra parte, estamos dispuestos a desarrollar una cooperación mutuamente ventajosa con todas las entidades regionales de integración.
Nosotros siempre nos pronunciamos por una América Latina unida, política y económicamente fuerte, pues solo en esas condiciones esa región puede materializarse como una de las bases del proceso de creación del mundo multipolar.
Sobre todo, porque la tarjeta de presentación de América Latina siempre fue su alto nivel de unidad y entendimiento mutuo, su capacidad para buscar y encontrar respuestas colectivas a los desafíos actuales.
Destacamos la perspectiva y el potencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que vemos como un espacio regional único para impulsar una agenda unificadora, sin confrontaciones.
Esperamos que con los esfuerzos de la presidencia mexicana en la Celac los latinoamericanos logren superar las diferencias internas sobre la base del programa de trabajo aprobado en enero de este año en México.
La superación de tales contradicciones permitiría restablecer los mecanismos de diálogo Celac-Rusia en la forma más cómoda para nuestros socios.
Existe la posibilidad de ampliar la cooperación con los socios regionales en esferas clave para la Celac como la aeroespacial y la prevención y eliminación de consecuencias de desastres naturales, (con el apoyo del centro regional cubano-ruso, en La Habana, dedicado a esa esfera).
Además, incluiría la creación de un sistema regional de monitoreo antimicrobios (con la participación de Instituto ruso-nicaraguense de biotecnología ‘Mechnikov’).